15/05/2018, 20:13
(Última modificación: 15/05/2018, 20:14 por Uchiha Akame.)
El Uchiha asintió para sí, conforme, cuando vio a Karma levantarse aun en su paupérrimo estado. Tenía el vestido sucio e incluso deshilachado por los bajos debido a la última caída, sangraba por la nariz y en general parecía bastante maltrecha. «Aún así sonríe... Esta chica es más dura de lo que aparenta. O eso, o ha desarrollado una fuerte tolerancia al castigo físico», dedujo el jōnin.
Sin embargo, el siguiente golpe de la kunoichi le arrancó a Akame un bufido de desdén. No porque fuese lento, o torpe, o llevase poca potencia —como los otros—, sino porque se notaba a leguas que su autora no había puesto en él ni un gramo de convicción.
—¡Muy mal! —replicó Akame, limitándose a desviar el puñetazo con un manotazo de su diestra—. Ese golpe no ha tenido ni un ápice de convicción. ¡Eso es lo más importante en un ninja!
Raudo como una flecha, el Uchiha avanzó un único paso y colocó su pierna derecha tras la zurda de Karma. Luego presionó con un fuerte palmetazo en el hombro de la chica, haciéndola caer de espaldas y golpearse contra la tierra batida.
—¿Cómo piensas llegar a golpearme si no te crees capaz de hacerlo? —la reprendió—. Karma-san, ¡la convicción es lo más importante! No me importa que carezcas de fuerza, destreza o agilidad. ¡Lo que quiero ver en ti es la convicción, en cada uno de tus actos!
»En pie.
Cuando la kunoichi obedeciese, sería el sensei quien tomara la iniciativa. Ejecutaría un golpe directo a la nariz ya sangrante de Karma —aunque lo bastante lentamente como para que, si ella se esforzaba y actuaba con decisión, pudiera esquivarlo o bloquearlo—; luego lo encadenó con una fuerte patada a las costillas, que seguía las mismas pautas marciales del puñetazo.
Sin embargo, el siguiente golpe de la kunoichi le arrancó a Akame un bufido de desdén. No porque fuese lento, o torpe, o llevase poca potencia —como los otros—, sino porque se notaba a leguas que su autora no había puesto en él ni un gramo de convicción.
—¡Muy mal! —replicó Akame, limitándose a desviar el puñetazo con un manotazo de su diestra—. Ese golpe no ha tenido ni un ápice de convicción. ¡Eso es lo más importante en un ninja!
Raudo como una flecha, el Uchiha avanzó un único paso y colocó su pierna derecha tras la zurda de Karma. Luego presionó con un fuerte palmetazo en el hombro de la chica, haciéndola caer de espaldas y golpearse contra la tierra batida.
—¿Cómo piensas llegar a golpearme si no te crees capaz de hacerlo? —la reprendió—. Karma-san, ¡la convicción es lo más importante! No me importa que carezcas de fuerza, destreza o agilidad. ¡Lo que quiero ver en ti es la convicción, en cada uno de tus actos!
»En pie.
Cuando la kunoichi obedeciese, sería el sensei quien tomara la iniciativa. Ejecutaría un golpe directo a la nariz ya sangrante de Karma —aunque lo bastante lentamente como para que, si ella se esforzaba y actuaba con decisión, pudiera esquivarlo o bloquearlo—; luego lo encadenó con una fuerte patada a las costillas, que seguía las mismas pautas marciales del puñetazo.