31/08/2015, 17:59
La pequeña muñeca trajo con sumo cuidado las copas de helado, y las puso con extremada meticulosidad sobre la mesa, procurando no tirar su contenido. La rubia le agradeció su labor, y comentó que la perdonaba, al menos por el momento. A saber cuantas veces la odiaba y castigaba a lo largo del día...
—Gracias...—
Sus palabras quizás estaban siendo cortas, pero tampoco le terminaba de agradar el pasar la tarde junto a una cría. Blame no trabajaba de niñera, para eso ya habían gente en ese oficio. Que lastre de tarde... aunque al menos había sacado algo, un helado.
Por otro lado, la pequeña pareció darle vueltas al asunto de la respuesta del albino. Quizás le pareció curiosa, aunque mas curiosa era aún su reflexión. Le había tomado por una especie de rata bíblica o algo por el estilo, alguna especie de orador desbocado o algo similar. Ésto no pudo mas que sacarle una risa.
—Bueno, podría decirse que sí. Aunque no ofrezco falsas esperanzas, tras la muerte no se va al cielo, si no lejos de éste mundo.— Respondió con la sonrisa aún persistente.
Con las mismas, tomó la cucharilla que tenía hincada una de sus bolas de helado, y asestó el primer golpe al delicioso fruto de los dioses. La verdad, el helado sabía a gloria.
—Mmmm... la verdad es que éste helado está genial.— Corroboró rápidamente.
Tras la primera cucharada, le siguió una segunda. Aunque ésta vez la disfrutó mas, ya que sabía lo que le había gustado. Degustó la tajada de halado entre sus labios mientras aún conservaba la cuchara en la boca, tras unos escasos segundos, la sacó y la apartó de la misma. Con el metal en la diestra, terminó señalando a la chica.
—¿Y quién es tu abuelo, pequeña? Te tiene bien adiestrada.—
—Gracias...—
Sus palabras quizás estaban siendo cortas, pero tampoco le terminaba de agradar el pasar la tarde junto a una cría. Blame no trabajaba de niñera, para eso ya habían gente en ese oficio. Que lastre de tarde... aunque al menos había sacado algo, un helado.
Por otro lado, la pequeña pareció darle vueltas al asunto de la respuesta del albino. Quizás le pareció curiosa, aunque mas curiosa era aún su reflexión. Le había tomado por una especie de rata bíblica o algo por el estilo, alguna especie de orador desbocado o algo similar. Ésto no pudo mas que sacarle una risa.
—Bueno, podría decirse que sí. Aunque no ofrezco falsas esperanzas, tras la muerte no se va al cielo, si no lejos de éste mundo.— Respondió con la sonrisa aún persistente.
Con las mismas, tomó la cucharilla que tenía hincada una de sus bolas de helado, y asestó el primer golpe al delicioso fruto de los dioses. La verdad, el helado sabía a gloria.
—Mmmm... la verdad es que éste helado está genial.— Corroboró rápidamente.
Tras la primera cucharada, le siguió una segunda. Aunque ésta vez la disfrutó mas, ya que sabía lo que le había gustado. Degustó la tajada de halado entre sus labios mientras aún conservaba la cuchara en la boca, tras unos escasos segundos, la sacó y la apartó de la misma. Con el metal en la diestra, terminó señalando a la chica.
—¿Y quién es tu abuelo, pequeña? Te tiene bien adiestrada.—