17/05/2018, 00:53
La señora apenas se molestó en mirar a la chica cuando le habló, siguiendo con su tedioso trabajo. A decir verdad, pese a que Karma escogiese muy bien sus palabras, no era muy carismática, la pobre. No obstante, cuando mencionó que estaba de misión para limpiar la estatua de Shiona, y que el crío la había pintarrajeado, casi le da allí mismo un infarto.
—Ay, ay, ay, ay —empezó a decir, con las manos en el pecho, los ojos desencajados y visiblemente nerviosa—. ¡Ay, ay, ay, ay! Si decía yo que el chiquillo nos iba a traer problemas. ¡Si lo decía yo! —Una pausa, tan breve como la sensación que perdura de un beso en el cuello—. ¡Ay, ay, ay, ay! Por favor, no se lo tenga en cuenta. Es buen chico, se lo digo yo. Pero estas generaciones de hoy en día… ¡tienen la cabeza muy mal! ¡Muy mal!
La señora dejó el trapo en el cubo y se dirigió hacia la puerta de la posada.
—Ahora te preparo un caldero para ti, hija. Pero, por favor, no se lo tengas en cuenta. Es buen chico. Se lo digo yo —repetía sin cesar—. ¿Te preparo un bocadillo también? Debes estar hambrienta. Claro que sí. ¿De tortilla o de jamón?
—Ay, ay, ay, ay —empezó a decir, con las manos en el pecho, los ojos desencajados y visiblemente nerviosa—. ¡Ay, ay, ay, ay! Si decía yo que el chiquillo nos iba a traer problemas. ¡Si lo decía yo! —Una pausa, tan breve como la sensación que perdura de un beso en el cuello—. ¡Ay, ay, ay, ay! Por favor, no se lo tenga en cuenta. Es buen chico, se lo digo yo. Pero estas generaciones de hoy en día… ¡tienen la cabeza muy mal! ¡Muy mal!
La señora dejó el trapo en el cubo y se dirigió hacia la puerta de la posada.
—Ahora te preparo un caldero para ti, hija. Pero, por favor, no se lo tengas en cuenta. Es buen chico. Se lo digo yo —repetía sin cesar—. ¿Te preparo un bocadillo también? Debes estar hambrienta. Claro que sí. ¿De tortilla o de jamón?