17/05/2018, 01:03
Encontrarla no fue lo difícil. De hecho, fue tan fácil que hasta, de tan fácil que era, llegó a ser contraproducente. Y es que Kila se encontraba justo tomando el desvío hacia el camino que daba a los almacenes.
Kaido la reconoció al instante. Kila le reconoció al instante, y se detuvo.
Y entonces… silencio. La boca de Kila se entreabrió. Sus hombros se tensaron. También sus manos, que inconscientemente se habían elevado un poco, en posición de semi-guardia. No parecía haber nadie más por los alrededores. El puerto se veía desde allí, donde sí había gente, pero apenas eran puntos diminutos moviéndose de un lado a otro en la lejanía.
El Tiburón había encontrado a su presa. ¿Qué haría ahora?
Kaido la reconoció al instante. Kila le reconoció al instante, y se detuvo.
Y entonces… silencio. La boca de Kila se entreabrió. Sus hombros se tensaron. También sus manos, que inconscientemente se habían elevado un poco, en posición de semi-guardia. No parecía haber nadie más por los alrededores. El puerto se veía desde allí, donde sí había gente, pero apenas eran puntos diminutos moviéndose de un lado a otro en la lejanía.
El Tiburón había encontrado a su presa. ¿Qué haría ahora?