17/05/2018, 11:41
Amekoro Yui firmaba documentos. Cientos, y cientos, y cientos de documentos que se apilaban en su escritorio como la misma torre en la que estaba sentada. Cogía un papel, firmaba, ponía un sello, cogía un papel, firmaba, ponía un sello. Estaba empezando a enojarse simplemente por haber estado ya dos horas firmando papeles, de puro aburrimiento, de puro hastío.
Necesitaba un entretenimiento. Necesitaba diversión.
Alguien con quien pagar su frustración, quizás.
La puerta se abrió. Entró Manase Mogura.
Yui sonrió.
Necesitaba un entretenimiento. Necesitaba diversión.
Alguien con quien pagar su frustración, quizás.
La puerta se abrió. Entró Manase Mogura.
Yui sonrió.