17/05/2018, 17:34
Karma se despidió de la anciana —no sin oír la sugerencia de un par de bocadillos más que podía prepararle—, y deshizo el camino de vuelta al Lago de Shiona, con el perro persiguiéndole hasta que cruzó las lindes de la aldea, donde se cansó de ella y dio media vuelta.
Delante de ella, las plataformas circulares por las que tendría que saltar para llegar a la isla artificial, donde se encontraban los mirlos y sus polluelos —todavía en el suelo, donde los había dejado—, además de la estatua de Shiona. Tan solo le quedaba eliminar aquel grafiti para dar por terminada su misión.
Delante de ella, las plataformas circulares por las que tendría que saltar para llegar a la isla artificial, donde se encontraban los mirlos y sus polluelos —todavía en el suelo, donde los había dejado—, además de la estatua de Shiona. Tan solo le quedaba eliminar aquel grafiti para dar por terminada su misión.