17/05/2018, 18:34
(Última modificación: 17/05/2018, 19:00 por Eikyuu Juro.)
Juro había deseado que su compañero — y también, su subordinado, ya puestos — estuviese bien. Lo que no hubiese esperado es que fuese a ser tan alocado.
Daigo se lanzó, y por medio de ninjutsus de viento, se mantuvo en el aire y utilizó una técnica para golpear a uno de los osos más rezagados. El oso fue herido completamente, y con su chillido, llamó la atención de todos. Por unos momentos, Juro temió que todos fuesen a destripar a un herido Daigo.
« ¡Tengo que...! »
Juro habría saltado, y probablemente, les habría condenado a todos, sino fuera por las indicaciones de Jin. El cazador extendió el brazo, impidiendo que se moviese. Durante unos tensos segundos, Juro trató de luchar consigo mismo para no hacer nada. Después, finalmente, el oso volvió a centrarse en la comida.
— Hay que matarlos antes de que acaben de comer — Después, señaló al oso que había sido herido por Daigo, que resollaba. Se notaba que su sola existencia le estaba provocando sufrimiento —. Y a ese hay que rematarlo, que vaya chapuza.
Juro suspiró, tratando de ver cómo estaba Daigo, al otro lado.
— Entonces tenemos que apresurarnos. Son muchos más de los que esperaba — se lamentó Juro. Quizá con sus dos marionetas a la vez podía hacer algo, pero no sabía si podría con todos —. Tengo un par de venenos. Son toxinas hechas para atacar personas, que provocarían picos, parálisis y malestar. Eso podría darnos tiempo, aunque desconozco si el efecto en el oso será el mismo. Se los lanzo y atacamos con todo.
Juro se lamentó de que Daigo no estuviese ahí para escucharle. Si asomaba la cabeza, le haría un gesto con la mano desnuda, para que esperase a su señal.
— ¿Lo hago?
Si la respuesta esa si, Juro no perdería tiempo. Se acercaría hasta tener un buen angulo de tiro, agazapado para que no lo observasen, y lanzaría los tres frascos. Cada uno caería a un lado de la antigua fogata donde había muebles, para tratar de alcanzar a todos los osos por igual, y provocarían diversos gases de colores.
Daigo se lanzó, y por medio de ninjutsus de viento, se mantuvo en el aire y utilizó una técnica para golpear a uno de los osos más rezagados. El oso fue herido completamente, y con su chillido, llamó la atención de todos. Por unos momentos, Juro temió que todos fuesen a destripar a un herido Daigo.
« ¡Tengo que...! »
Juro habría saltado, y probablemente, les habría condenado a todos, sino fuera por las indicaciones de Jin. El cazador extendió el brazo, impidiendo que se moviese. Durante unos tensos segundos, Juro trató de luchar consigo mismo para no hacer nada. Después, finalmente, el oso volvió a centrarse en la comida.
— Hay que matarlos antes de que acaben de comer — Después, señaló al oso que había sido herido por Daigo, que resollaba. Se notaba que su sola existencia le estaba provocando sufrimiento —. Y a ese hay que rematarlo, que vaya chapuza.
Juro suspiró, tratando de ver cómo estaba Daigo, al otro lado.
— Entonces tenemos que apresurarnos. Son muchos más de los que esperaba — se lamentó Juro. Quizá con sus dos marionetas a la vez podía hacer algo, pero no sabía si podría con todos —. Tengo un par de venenos. Son toxinas hechas para atacar personas, que provocarían picos, parálisis y malestar. Eso podría darnos tiempo, aunque desconozco si el efecto en el oso será el mismo. Se los lanzo y atacamos con todo.
Juro se lamentó de que Daigo no estuviese ahí para escucharle. Si asomaba la cabeza, le haría un gesto con la mano desnuda, para que esperase a su señal.
— ¿Lo hago?
Si la respuesta esa si, Juro no perdería tiempo. Se acercaría hasta tener un buen angulo de tiro, agazapado para que no lo observasen, y lanzaría los tres frascos. Cada uno caería a un lado de la antigua fogata donde había muebles, para tratar de alcanzar a todos los osos por igual, y provocarían diversos gases de colores.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60