17/05/2018, 21:21
Karma volteó el nido y se apartó de inmediato, a la espera de que la madre tratase de atacarla. No obstante, no ocurrió. El mirlo hembra se percató de sus acciones sin lugar a dudas, pero no llevó a cabo acción alguna en contra de la kunoichi. «¿Estará preocupada por los polluelos, o se habrá dado cuenta de que no quiero dañarles?», meditó.
Hablando de polluelos, las pobres crías seguían en el suelo, a la intemperie. Nacían en el nido y en condiciones normales no salían de él hasta ser capaces de volar, por lo que era de esperar que no fuera posible que volviesen por su propio pie ni con ayuda de sus progenitores en una situación así...
«¿Me atacará si intento ponerlos dentro?». La fémina se mordió el labio interior. En una ademán de valentía impropio de ella, Karma trató de tomar a los pajarillos y meterlos en el interior del nido.
Hablando de polluelos, las pobres crías seguían en el suelo, a la intemperie. Nacían en el nido y en condiciones normales no salían de él hasta ser capaces de volar, por lo que era de esperar que no fuera posible que volviesen por su propio pie ni con ayuda de sus progenitores en una situación así...
«¿Me atacará si intento ponerlos dentro?». La fémina se mordió el labio interior. En una ademán de valentía impropio de ella, Karma trató de tomar a los pajarillos y meterlos en el interior del nido.