17/05/2018, 21:28
Sin más preámbulos, Ayame se dio media vuelta y, con Kumopansa a su vera, avanzaron hasta las llamas del edificio que estaba por desplomarse y en el que segundos antes escuchamos la voz de una mujer que solicitaba auxilio. así que, al menos por un ratito, tendría que quedarme solo con aquella niña. Tan solo esperaba que no le diese un ataque de ansiedad así de sopeton.
Ahí estaba la araña, que accedió a acompañar a la amejin a regañadientes, junto con su nueva compañera de aventuras. Pronto atravesarían la cortina de llamas, gracias a que la estructura de la puerta creaba un espacio sin aquella cortina rojiza y violenta en la búsqueda de formas de vida.
En el interior, el calor fatigaría con rapidez a ambas y eso lo notarían nada más entrar. La temperatura corporal había aumentado considerablemente y el humo impedía una correcta visión. Y si, aunque Ayame podía respirar de forma más o menos correcta gracias a su mascarilla improvisada, el humo se lo colocaría en los ojos, creando una molestia importante. No escucharon más voces. Tendrían que seguir buscando.
Hasta que se escuchó un crujido, como de madera. De hecho era un listón que venía del piso superior con la intención de aplastar sus cabezas.
— ¡Hostias, aparta!
Kumopansa lo vio venir y de un salto se libró pero, ¿lo conseguiría la kunoichi?
Ahí estaba la araña, que accedió a acompañar a la amejin a regañadientes, junto con su nueva compañera de aventuras. Pronto atravesarían la cortina de llamas, gracias a que la estructura de la puerta creaba un espacio sin aquella cortina rojiza y violenta en la búsqueda de formas de vida.
En el interior, el calor fatigaría con rapidez a ambas y eso lo notarían nada más entrar. La temperatura corporal había aumentado considerablemente y el humo impedía una correcta visión. Y si, aunque Ayame podía respirar de forma más o menos correcta gracias a su mascarilla improvisada, el humo se lo colocaría en los ojos, creando una molestia importante. No escucharon más voces. Tendrían que seguir buscando.
Hasta que se escuchó un crujido, como de madera. De hecho era un listón que venía del piso superior con la intención de aplastar sus cabezas.
— ¡Hostias, aparta!
Kumopansa lo vio venir y de un salto se libró pero, ¿lo conseguiría la kunoichi?
![[Imagen: K1lxG4r.png]](https://i.imgur.com/K1lxG4r.png)
![[Imagen: dlinHLO.png]](https://i.imgur.com/dlinHLO.png)
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