17/05/2018, 23:01
Tras retornar el pesado caldero y salir de la posada, Karma reparó en la inconfundible presencia del gran MataNinjas no demasiado lejos de su posición actual. La joven se sentía cansada, dolorida y tenía toda la piel cubierta por una fina capa de sudor. Cuanto antes se pusiese en marcha de vuelta a Uzugakure, mejor. Pero no pudo evitar acercarse al zagal...
—Eh, MataNinjas —lo llamó con tono jocoso—. No te preocupes, no te voy a hacer nada.
La joven sabía que su carisma era pésimo, además de que el chiquillo era propenso a salir corriendo —a juzgar por la toma de contacto que habían tenido—, pero hizo lo posible en tal de apaciguarlo y poder intercambiar unas pocas palabras con él.
—Eh, MataNinjas —lo llamó con tono jocoso—. No te preocupes, no te voy a hacer nada.
La joven sabía que su carisma era pésimo, además de que el chiquillo era propenso a salir corriendo —a juzgar por la toma de contacto que habían tenido—, pero hizo lo posible en tal de apaciguarlo y poder intercambiar unas pocas palabras con él.