18/05/2018, 17:47
La pregunta de la kunoichi fue directa como una saeta al corazón del muchacho. Tras unos instantes en los que se había quedado en blanco, como aquel que todavía no entiende que acaba de ser herido de muerte, un cóctel de emociones tiñó su rostro. Rabia, frustración, tristeza… Dolor. El dolor los eclipsaba a todos.
—Porque… —Los ojos del crío se humedecieron—. Porque… —empezó a respirar de forma agitada, mientras las lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas—. Porque... ¡Porque los ninjas son unos asesinos! —se atrevió a chillar, con la cara descompuesta por el llanto que ya no era capaz de contener—. ¡Y… porque… estaríamos mejor… sin ellos!
—Porque… —Los ojos del crío se humedecieron—. Porque… —empezó a respirar de forma agitada, mientras las lágrimas empezaban a resbalar por sus mejillas—. Porque... ¡Porque los ninjas son unos asesinos! —se atrevió a chillar, con la cara descompuesta por el llanto que ya no era capaz de contener—. ¡Y… porque… estaríamos mejor… sin ellos!