18/05/2018, 21:46
Karma lo vio marchar sin hacer un solo ademán de impedírselo. La muchacha se masajeó las sienes con ambas manos y los ojos cerrados. «Bueno, ¿qué esperaba? Hablar se me da como el culo», se despreció.
—Ya va siendo hora de volver... —murmuró.
Tardaría unos dos días en volver hasta Uzugakure, ni más ni menos. El solo prospecto le daba pereza, pero claro, ¿qué alternativa tenía? No iba a desertar y quedarse a vivir allí.
Mejor ponerse en marcha.
—Ya va siendo hora de volver... —murmuró.
Tardaría unos dos días en volver hasta Uzugakure, ni más ni menos. El solo prospecto le daba pereza, pero claro, ¿qué alternativa tenía? No iba a desertar y quedarse a vivir allí.
Mejor ponerse en marcha.