19/05/2018, 11:26
La travesía de vuelta fue tan silenciosa como tranquila. Karma, con su pesada mochila a la espalda, deshizo todo lo caminado días antes, hasta retornar a la localización secreta de Uzugakure no Sato.
Una vez allí, la joven dio parte del resultado de la misión y devolvió el pergamino con los detalles de la ya mencionada a uno de los encargados, que procedió a entregarle sus honorarios. La muchacha los aceptó y se marchó, no sin antes mostrar los modales correspondientes y reverenciar al sujeto.
Volvió a casa. Había sido un trabajo bien hecho y Karma debería de sentirse satisfecha, pero su acomplejada naturaleza se lo impedía. Al menos el dinero que había ganado con el sudor de su frente —literalmente— no estaba de más. Le sería útil.
Una vez allí, la joven dio parte del resultado de la misión y devolvió el pergamino con los detalles de la ya mencionada a uno de los encargados, que procedió a entregarle sus honorarios. La muchacha los aceptó y se marchó, no sin antes mostrar los modales correspondientes y reverenciar al sujeto.
Volvió a casa. Había sido un trabajo bien hecho y Karma debería de sentirse satisfecha, pero su acomplejada naturaleza se lo impedía. Al menos el dinero que había ganado con el sudor de su frente —literalmente— no estaba de más. Le sería útil.