19/05/2018, 23:08
Yui dejó escapar un largo sentido. Sonrió, mostrando sus dientes afilados. Pero por el resto de las arrugas de su rostro, no parecía que Yui estuviera contenta, sino todo lo contrario. Quizás aquella sonrisa sólo era una manera de dirigir la energía hacia un gesto que no fuera el de lanzar a su querido chuunin por la ventana. Sin previo aviso, la Arashikage se levantó y golpeó con los puños la madera del escritorio. El pergamino que contenía el cadáver de Marun dio un pequeño saltito.
—¿¡Y cuándo has precisado tenerlo, Mogura!? ¿¡Para qué coño te guardas el cuerpo sin vida de un tipo!?
—¿¡Y cuándo has precisado tenerlo, Mogura!? ¿¡Para qué coño te guardas el cuerpo sin vida de un tipo!?