20/05/2018, 23:59
Ella dio un paso hacia adelante. Él también.
—Te voy a decir que coño vamos a hacer —Kila, haciendo acople de su fiereza, volvió a retarle. Kaido no se quedó atrás, y volvió a recortar distancia—. Vas a decirme quién coño eres, vas a decirme qué coño tramas, y sino, capullo, y sino…
—¿Y sino qué?
Otro paso. Y otro.
—… voy a chillar hasta que me oigan desde la otra punta de Oonindo. Empiezo a contar. Tres. Dos. ¡U—…!
De pronto, Kila sintió el cómo algo le impedía terminar su conteo. Era la mano del tiburón, que súbitamente yacía puesta sobre su boca, mientras que su otra extremidad le sujetaba la cintura. Kaido había hecho acople de una agilidad sobrenatural aupada por el shunshin, apareciendo súbitamente al frente de la mujer, evitando cualquier señal de alarma. Pero aún y habiendo demostrado semejante habilidad, durante la cuál bien podría haberla matado, ahora sólo se plantaba frente a ella una nueva oportunidad.
—No. Tú no eres de las que chilla, no te humillarías de esa forma —le dijo al oído, convencido de que era sólo una treta desesperada. Creyendo conocerle aún y cuando no—. ahora, viendo que no te he hecho daño aún, y cuando podría haberte matado hace un segundo, ¿vas a calmarte?. ¿Vas a empezar a creer que éste hijo de puta puede ayudarte?
Le fue soltando poco a poco, con parsimonia. Luego abrió los brazos y se dejó estar "expuesto".
»O, aprovecha que estoy indefenso y rájame la garganta. Toma la oportunidad si así lo quieres, Kila-chan.
—Te voy a decir que coño vamos a hacer —Kila, haciendo acople de su fiereza, volvió a retarle. Kaido no se quedó atrás, y volvió a recortar distancia—. Vas a decirme quién coño eres, vas a decirme qué coño tramas, y sino, capullo, y sino…
—¿Y sino qué?
Otro paso. Y otro.
—… voy a chillar hasta que me oigan desde la otra punta de Oonindo. Empiezo a contar. Tres. Dos. ¡U—…!
De pronto, Kila sintió el cómo algo le impedía terminar su conteo. Era la mano del tiburón, que súbitamente yacía puesta sobre su boca, mientras que su otra extremidad le sujetaba la cintura. Kaido había hecho acople de una agilidad sobrenatural aupada por el shunshin, apareciendo súbitamente al frente de la mujer, evitando cualquier señal de alarma. Pero aún y habiendo demostrado semejante habilidad, durante la cuál bien podría haberla matado, ahora sólo se plantaba frente a ella una nueva oportunidad.
—No. Tú no eres de las que chilla, no te humillarías de esa forma —le dijo al oído, convencido de que era sólo una treta desesperada. Creyendo conocerle aún y cuando no—. ahora, viendo que no te he hecho daño aún, y cuando podría haberte matado hace un segundo, ¿vas a calmarte?. ¿Vas a empezar a creer que éste hijo de puta puede ayudarte?
Le fue soltando poco a poco, con parsimonia. Luego abrió los brazos y se dejó estar "expuesto".
»O, aprovecha que estoy indefenso y rájame la garganta. Toma la oportunidad si así lo quieres, Kila-chan.