22/05/2018, 01:16
Kaido se abalanzó sobre su presa como un tiburón al oler sangre. Sin compasión. Sin temor. Sin duda. El Sunshin no Jutsu le dio el impulso necesario para sorprenderla, tapándole la boca para interrumpir su cuenta atrás y apresándola por la cintura. Pero entonces, en lugar de lanzar el bocado final, mostró compasión.
Incluso vulnerabilidad, al abrirse de brazos y dejarse expuestos. Un brillo iluminó la mirada de Kila. Aquella era su oportunidad. El filo que tenía a sus espaldas —desde el momento en que se había llevado las manos atrás—, salió a la luz. Una daga, que apuntaba ahora el cuello de Kaido, y, entonces…
… ella también dudó. Chasqueó la lengua, como si aquella indecisión fuese algo totalmente nuevo para ella. Pero las palabras de Kaido le habían calado demasiado hondo, y, si algo no se consideraba ella, eso era estúpida.
Bajó el filo, aunque solo a media altura.
—Te escucho —aceptó a regañadientes.
Incluso vulnerabilidad, al abrirse de brazos y dejarse expuestos. Un brillo iluminó la mirada de Kila. Aquella era su oportunidad. El filo que tenía a sus espaldas —desde el momento en que se había llevado las manos atrás—, salió a la luz. Una daga, que apuntaba ahora el cuello de Kaido, y, entonces…
… ella también dudó. Chasqueó la lengua, como si aquella indecisión fuese algo totalmente nuevo para ella. Pero las palabras de Kaido le habían calado demasiado hondo, y, si algo no se consideraba ella, eso era estúpida.
Bajó el filo, aunque solo a media altura.
—Te escucho —aceptó a regañadientes.