23/05/2018, 00:56
Su sonrisa se ensanchó a medida de que aquel cuchillo descendió, dubitativo. Kaido miró Kila a los ojos y permitió relajar su cuerpo para finalmente echar un vistazo exhaustivo a sus alrededores. Ella quería que él hablara, pero no. No en medio de la nada y mucho menos después de la escena que habían montado, que muy bien podrían no haberla presenciado, como que sí.
—Aquí no. Estamos muy cerca del almacén, y puede que alguien nos haya oído discutir. Llévanos a algún lugar seguro y entonces hablaremos —exigió. Y es que para confiar en el tiburón, mejor hazlo de cabeza porque a medias no le va a servir. Nunca.
—Aquí no. Estamos muy cerca del almacén, y puede que alguien nos haya oído discutir. Llévanos a algún lugar seguro y entonces hablaremos —exigió. Y es que para confiar en el tiburón, mejor hazlo de cabeza porque a medias no le va a servir. Nunca.