27/05/2018, 17:26
—Esa historia la suelo dejar para las segundas citas, guapa.
—Ni pagando la tendrías, capullo —le había respondido al instante.
Pero aquel cruce de pullas quedaba muy atrás. Ahora se encontraban en el Conejo de la Suerte, sentados en un sofá negro, de cuero, demasiado blando para el gusto de Kila. Una pequeña mesa circular estaba frente a ellos, con la bebida que habían pedido.
Kaido empezó fuerte. Aseguró que ella era como él —a lo que Kila alzó exageradamente una ceja, para nada convencida—, y que le demostraría que podía confiar en él. Le dijo, además, que estaba para ayudar. Para ayudarla a ella.
—Claro, claro —dijo, sin poder evitar que el sarcasmo impregnase el tono de su voz. Jamás en su vida la habían ayudado. No sin querer recibir algo a cambio, claro—. El último que me dijo eso… Bah —hizo un ademán, quitándole importancia—, es lo mismo. Sigue.
Entonces, el Tiburón dejó entrever lo que Kila ya sospechaba: era un ninja. No sabía a qué Villa respondía, pero estaba claro que era un shinobi. Quiso saber qué tramaba Kila con el dragón, y volvió a mencionar que éste había matado a su amigo. Para ella, más bien compañero de negocios.
—Así que es verdad que lo ha matado… Jo-der. —Tomó su vaso, alargado y de cristal, que contenía un líquido negro. Entonces, con el mechero alargado que la camarera les había facilitado, y tras inclinar un poco el vaso para que el líquido se asomase al borde del cristal, lo prendió. El fuego se alimentó del alcohol de aquel refresco, hasta que Kila lo taponó con la palma de la mano. Notó la succión, acercó los labios y apartó la mano, aspirando el vapor del alcohol y bebiendo el contenido de un solo trago. Cabe decir que no todo el mundo sabía ejecutar aquella técnica. Menos a la primera—. ¿Y cómo sé que no me vas a joder? No me has contado una mierda. No sé ni tu nombre —le soltó, dejando el vaso en la mesa—. Eres shinobi, ¿no? ¿De qué Villa? ¿Cuál es tu misión? Quiero… Quiero un escrito tuyo exculpándome de toda esta mierda —dijo de pronto. Parecía que estaba improvisando—. Solo así te contaré lo que sé.
—Ni pagando la tendrías, capullo —le había respondido al instante.
Pero aquel cruce de pullas quedaba muy atrás. Ahora se encontraban en el Conejo de la Suerte, sentados en un sofá negro, de cuero, demasiado blando para el gusto de Kila. Una pequeña mesa circular estaba frente a ellos, con la bebida que habían pedido.
Kaido empezó fuerte. Aseguró que ella era como él —a lo que Kila alzó exageradamente una ceja, para nada convencida—, y que le demostraría que podía confiar en él. Le dijo, además, que estaba para ayudar. Para ayudarla a ella.
—Claro, claro —dijo, sin poder evitar que el sarcasmo impregnase el tono de su voz. Jamás en su vida la habían ayudado. No sin querer recibir algo a cambio, claro—. El último que me dijo eso… Bah —hizo un ademán, quitándole importancia—, es lo mismo. Sigue.
Entonces, el Tiburón dejó entrever lo que Kila ya sospechaba: era un ninja. No sabía a qué Villa respondía, pero estaba claro que era un shinobi. Quiso saber qué tramaba Kila con el dragón, y volvió a mencionar que éste había matado a su amigo. Para ella, más bien compañero de negocios.
—Así que es verdad que lo ha matado… Jo-der. —Tomó su vaso, alargado y de cristal, que contenía un líquido negro. Entonces, con el mechero alargado que la camarera les había facilitado, y tras inclinar un poco el vaso para que el líquido se asomase al borde del cristal, lo prendió. El fuego se alimentó del alcohol de aquel refresco, hasta que Kila lo taponó con la palma de la mano. Notó la succión, acercó los labios y apartó la mano, aspirando el vapor del alcohol y bebiendo el contenido de un solo trago. Cabe decir que no todo el mundo sabía ejecutar aquella técnica. Menos a la primera—. ¿Y cómo sé que no me vas a joder? No me has contado una mierda. No sé ni tu nombre —le soltó, dejando el vaso en la mesa—. Eres shinobi, ¿no? ¿De qué Villa? ¿Cuál es tu misión? Quiero… Quiero un escrito tuyo exculpándome de toda esta mierda —dijo de pronto. Parecía que estaba improvisando—. Solo así te contaré lo que sé.