27/05/2018, 20:08
—Por ti, claro. Habrá sido entonces idea tuya eso de secuestrar a Koe para pedir rescate, ¿no? ¿Los títulos de propiedad de Baratie a cambio de su sobrina, sana y salva?
Kila chasqueó la lengua.
—No lo digas como si fuese algo malo, joder —susurró, molesta—. No conoces a Katame. Cuando vio que mis ideas de conseguirlo de forma pacífica no funcionaban, iba a solucionarlo él. Llevarse el barco por la fuerza sin dejar cabos sueltos, ¿comprendes? Mi plan fue un mal menor necesario. —Como toda historia en la que uno estaba implicado, Kila contaba la versión que mejor le convenía.
No obstante, Kaido estaba cerca de la verdad. Muy cerca. No daba puntada sin hilo, aunque, llegado a cierto momento…
—Qué va —negó con la cabeza—. Reon es un pelele —dijo, franca y directa—. Pero supe gracias a él que los títulos de propiedad los guardaba en una caja fuerte en la habitación de Koe, y me hice con sus llaves de la entrada al barco para hacerles una copia —le reveló, sin especificar cómo ni de qué manera lo había sabido y conseguido—. Con las llaves, mandé entonces a mi compañero a robar los títulos, pero el muy garrulo siempre se entretenía en la caja registradora y luego a la hora de la verdad le entraban los nervios. Decidí ir yo, pero casi me caza Shenfu. Volver a la noche siguiente era muy arriesgado, así que quise esperar unos días… Hasta que vi la oportunidad de infiltrarme con el puesto de trabajo que ofrecían.
Tomó aire. Poco a poco la historia se iba desenredando.
—Iba a robar los títulos anoche, pero me olía algo raro contigo y decidí ser cauta —chasqueó la lengua, como arrepentida de haberlo sido—. Entonces, esta mañana, mi compañero me chiva que a Katame se le acabó la paciencia. Que le acaba de llegar el cargamento y que esta noche parte, con mi plan o con el suyo. Tú no parabas de entrar y salir en el jodido pasillo con Shenfu, así que al final tuve que optar por el segundo plan. Y eso es todo.
No, no lo era. No había respondido cuál era su objetivo en todo aquello. Si había algo más aparte del dinero. También omitido algunas partes, pero, por el momento, aquella era la historia con la que podría trabajar Kaido.
—Lo siguiente fue encontrarme contigo y averiguar que mi compañero había muerto y que yo podría ser la próxima. Mierda, coño —le tembló la voz, y buscó con la mirada otra copa. Para su desgracia, ya había vaciado las dos.
Kila chasqueó la lengua.
—No lo digas como si fuese algo malo, joder —susurró, molesta—. No conoces a Katame. Cuando vio que mis ideas de conseguirlo de forma pacífica no funcionaban, iba a solucionarlo él. Llevarse el barco por la fuerza sin dejar cabos sueltos, ¿comprendes? Mi plan fue un mal menor necesario. —Como toda historia en la que uno estaba implicado, Kila contaba la versión que mejor le convenía.
No obstante, Kaido estaba cerca de la verdad. Muy cerca. No daba puntada sin hilo, aunque, llegado a cierto momento…
—Qué va —negó con la cabeza—. Reon es un pelele —dijo, franca y directa—. Pero supe gracias a él que los títulos de propiedad los guardaba en una caja fuerte en la habitación de Koe, y me hice con sus llaves de la entrada al barco para hacerles una copia —le reveló, sin especificar cómo ni de qué manera lo había sabido y conseguido—. Con las llaves, mandé entonces a mi compañero a robar los títulos, pero el muy garrulo siempre se entretenía en la caja registradora y luego a la hora de la verdad le entraban los nervios. Decidí ir yo, pero casi me caza Shenfu. Volver a la noche siguiente era muy arriesgado, así que quise esperar unos días… Hasta que vi la oportunidad de infiltrarme con el puesto de trabajo que ofrecían.
Tomó aire. Poco a poco la historia se iba desenredando.
—Iba a robar los títulos anoche, pero me olía algo raro contigo y decidí ser cauta —chasqueó la lengua, como arrepentida de haberlo sido—. Entonces, esta mañana, mi compañero me chiva que a Katame se le acabó la paciencia. Que le acaba de llegar el cargamento y que esta noche parte, con mi plan o con el suyo. Tú no parabas de entrar y salir en el jodido pasillo con Shenfu, así que al final tuve que optar por el segundo plan. Y eso es todo.
No, no lo era. No había respondido cuál era su objetivo en todo aquello. Si había algo más aparte del dinero. También omitido algunas partes, pero, por el momento, aquella era la historia con la que podría trabajar Kaido.
—Lo siguiente fue encontrarme contigo y averiguar que mi compañero había muerto y que yo podría ser la próxima. Mierda, coño —le tembló la voz, y buscó con la mirada otra copa. Para su desgracia, ya había vaciado las dos.