27/05/2018, 20:54
Kaido alzó la mano, y pidió a la distancia, otro par de copas. Kila las necesitaba, y después de lo que le iba a contar, él indudablemente que también.
En el mientras tanto, trató de analizar la situación. La historia, y cada una de las revelaciones de Kila. De cómo se habían dado las circunstancias para que Katame pusiera sus ojos en Baratie y de lo que había podido ocurrir si la mujer no hubiera inquirido a hacer las cosas de una manera menos controversial que la de hacer casa limpia y tomar la propiedad a la fuerza. Pero según contaba ella, la paciencia del dragón se había agotado. El cargamento —que bien podía ser una buena cantidad de droga, dadas las circunstancias— estaba listo para ser transportado. Y Baratie lo haría, con o sin ellos.
Lo siguiente fue encontrarme contigo y averiguar que mi compañero había muerto y que yo podría ser la próxima. Mierda, coño.
Kaido maldijo.
—Me cago en la puta, Kila. En la puta —dijo, contrariado—. bien, yo no conozco a Katame, en eso tienes muchísima razón. Pero tú ...
Tú sí. Y ese conocimiento es lo que nos va a ayudar a impedir que ese tipejo tome Baratie. Sencillamente, no puede suceder. No va a suceder.
El gyojin comenzó a jugar con sus dedos, nervioso. Tratando de maquinar un plan de acción.
—En el almacén estaba él sólo, no había nadie más. ¿Está llevando la operación por su cuenta o tiene aliados que puedan arruinarnos la fiesta? —indagó—. lo primero va a ser avisar a la familia de Koe de que deben estar prevenidos. La única opción que tenemos, a mi parecer, es eliminar el medio que justifica el fin de estos jodidos bandidos. Kila ... vamos a destruir ese puto cargamento antes de que siquiera empiece a moverse hasta Baratie.
Nunca sus palabras habían sido tan determinantes. Tampoco nunca había sentido un temor tan fortuito como aquel. Pero ahí estaba, sacando pecho. Y haciendo lo que tenía que hacer él.
Lo que tenía que hacer un ninja.
En el mientras tanto, trató de analizar la situación. La historia, y cada una de las revelaciones de Kila. De cómo se habían dado las circunstancias para que Katame pusiera sus ojos en Baratie y de lo que había podido ocurrir si la mujer no hubiera inquirido a hacer las cosas de una manera menos controversial que la de hacer casa limpia y tomar la propiedad a la fuerza. Pero según contaba ella, la paciencia del dragón se había agotado. El cargamento —que bien podía ser una buena cantidad de droga, dadas las circunstancias— estaba listo para ser transportado. Y Baratie lo haría, con o sin ellos.
Lo siguiente fue encontrarme contigo y averiguar que mi compañero había muerto y que yo podría ser la próxima. Mierda, coño.
Kaido maldijo.
—Me cago en la puta, Kila. En la puta —dijo, contrariado—. bien, yo no conozco a Katame, en eso tienes muchísima razón. Pero tú ...
Tú sí. Y ese conocimiento es lo que nos va a ayudar a impedir que ese tipejo tome Baratie. Sencillamente, no puede suceder. No va a suceder.
El gyojin comenzó a jugar con sus dedos, nervioso. Tratando de maquinar un plan de acción.
—En el almacén estaba él sólo, no había nadie más. ¿Está llevando la operación por su cuenta o tiene aliados que puedan arruinarnos la fiesta? —indagó—. lo primero va a ser avisar a la familia de Koe de que deben estar prevenidos. La única opción que tenemos, a mi parecer, es eliminar el medio que justifica el fin de estos jodidos bandidos. Kila ... vamos a destruir ese puto cargamento antes de que siquiera empiece a moverse hasta Baratie.
Nunca sus palabras habían sido tan determinantes. Tampoco nunca había sentido un temor tan fortuito como aquel. Pero ahí estaba, sacando pecho. Y haciendo lo que tenía que hacer él.
Lo que tenía que hacer un ninja.