28/05/2018, 21:46
El Uchiha no mudó su expresión seria ni por un momento, ni siquiera cuando empezaron los inconexos balbuceos de su alumna. Claro, aquella chiquilla estaba confundida y puede que incluso aterrada, pero a él le daba igual. Ya había conseguido lo que quería; comprobar si de verdad Karma era una persona sádica, si aquella bestia sedienta de poder que había visto reflejada, unos momentos, en sus ojos, realmente aguardaba dentro de su corazón... Paciente.
Ahora que lo sabía, no podría seguir adiestrándola. O no, al menos, como lo hubiera hecho en un principio. «Un ninja debe dejar de lado sus emociones», se recordó. Darle más poder a aquella muchacha apocada y sedienta de sangre sería como poner en marcha una bomba de relojería.
—Dije que hemos terminado por hoy —repitió, imperturbable—. Venga, andando. Salgamos de aquí.
Y con esas, el jōnin echó a andar hacia el pasillo que daba a la salida del Estadio de Celebraciones. Sin volver la vista atrás, sin dar más explicaciones.
Ahora que lo sabía, no podría seguir adiestrándola. O no, al menos, como lo hubiera hecho en un principio. «Un ninja debe dejar de lado sus emociones», se recordó. Darle más poder a aquella muchacha apocada y sedienta de sangre sería como poner en marcha una bomba de relojería.
—Dije que hemos terminado por hoy —repitió, imperturbable—. Venga, andando. Salgamos de aquí.
Y con esas, el jōnin echó a andar hacia el pasillo que daba a la salida del Estadio de Celebraciones. Sin volver la vista atrás, sin dar más explicaciones.