31/05/2018, 14:40
— Esto mu huele a chamusquina, kunoichi
Pero la amejin estaba atareada en aquellos instantes. De nuevo aquella voz que suplicaba socorro volvió a sonar y aparentemente, tan solo un muro en llamas impedía la correcta visualización por el que Ayame había optado por meterse en aquella olla a presión que estaba por derrumbarse de un momento al otro.
No se lo pensó dos veces y ejecutó de nuevo aquella técnica de agua contra el muro. el objetivo estaba claro, eliminar aquella barrera. Ya fuese extinguiendo las llamas o derribando el muro. Obviamente, con el uso de la técnica lo derrumbó. Su arquitectura estaba debilitada a causa del fuego y el impacto la redujo a puros escombros.
Hora de descubrir que había al otro lado...
— Va... vamos a morir todos — dijo la voz de la silueta que empezaba a disiparse entre la humareda
La araña avanzó un poco, para acercarse a la mujer y cuando el humo se iba debilitando, se vio a una mujer demacrada y repleta de heridas. Su pelo, largo y moreno, estaba totalmente desgastado, su piel resaca y llena de cicatrices por lo que fuera que hubiese sucedido allí dentro, la mirada perdida y su ropa.. bueno, digamos que medio quemada.
— Vale, pero larguémonos de aquí, no quiero morir aplastada como si fuese una araña vulgar
Pero la amejin estaba atareada en aquellos instantes. De nuevo aquella voz que suplicaba socorro volvió a sonar y aparentemente, tan solo un muro en llamas impedía la correcta visualización por el que Ayame había optado por meterse en aquella olla a presión que estaba por derrumbarse de un momento al otro.
No se lo pensó dos veces y ejecutó de nuevo aquella técnica de agua contra el muro. el objetivo estaba claro, eliminar aquella barrera. Ya fuese extinguiendo las llamas o derribando el muro. Obviamente, con el uso de la técnica lo derrumbó. Su arquitectura estaba debilitada a causa del fuego y el impacto la redujo a puros escombros.
Hora de descubrir que había al otro lado...
— Va... vamos a morir todos — dijo la voz de la silueta que empezaba a disiparse entre la humareda
La araña avanzó un poco, para acercarse a la mujer y cuando el humo se iba debilitando, se vio a una mujer demacrada y repleta de heridas. Su pelo, largo y moreno, estaba totalmente desgastado, su piel resaca y llena de cicatrices por lo que fuera que hubiese sucedido allí dentro, la mirada perdida y su ropa.. bueno, digamos que medio quemada.
— Vale, pero larguémonos de aquí, no quiero morir aplastada como si fuese una araña vulgar
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa