31/05/2018, 21:27
Uno de los hermanos Yuki se encontraba presente esa mañana, como siempre. Si no era el Yuki rojo sería el Yuki verde, aunque no se diferenciasen con colores precisamente.
Al verle saludar, rompió su cómoda postura y enderezó un poco. Considerado gesto, cuanto menos.
—Buenos días, Mogura-san
Su voz sonaba un poco triste, pero el médico no reparó en ello. Yuki preguntó por el motivo de la presencia del shinobi en el lugar. Puntualmente en ese momento no precisaba hablar con la Arashikage. Y tampoco ella necesitaba hablar con él. El motivo de la visita de Mogura no era otro que monetario.
—Si es así, tengo la misión perfecta para ti, me la han encargado esta mañana.
Eso sonaba bien.
—Arashikage-sama no ha mandado a llamarme, Yuki-san. El motivo de mi visita no es otro que tomar esa misión de la que hablas.
Hizo un intento por no esbozar una mueca tan seria y consultó entonces:
—¿De qué se trata?
Al verle saludar, rompió su cómoda postura y enderezó un poco. Considerado gesto, cuanto menos.
—Buenos días, Mogura-san
Su voz sonaba un poco triste, pero el médico no reparó en ello. Yuki preguntó por el motivo de la presencia del shinobi en el lugar. Puntualmente en ese momento no precisaba hablar con la Arashikage. Y tampoco ella necesitaba hablar con él. El motivo de la visita de Mogura no era otro que monetario.
—Si es así, tengo la misión perfecta para ti, me la han encargado esta mañana.
Eso sonaba bien.
—Arashikage-sama no ha mandado a llamarme, Yuki-san. El motivo de mi visita no es otro que tomar esa misión de la que hablas.
Hizo un intento por no esbozar una mueca tan seria y consultó entonces:
—¿De qué se trata?
Hablo - Pienso