2/06/2018, 10:34
—Eso será todo, me retiro. No tengo intenciones de demorarme más de lo necesario.
—Claro, Mogura-san, suerte y espero que los encuentres pronto —mencionó el encargado moviendo ligeramente su cabeza en una simple reverencia de despedida.
Mogura hizo gala de sus mejores modales y se fue del lugar, con siguiente parada hacia la salida de su aldea donde seguramente hallaba a algún guardia haciendo su tan habitual patrulla diaria. Y así fue, nada más llegar al lugar donde normalmente la gente parte de viaje, allí; en la entrada, se encontraban dos guardias, un hombre y una mujer. El hombre era algo más bajo que la fémina, pero ambos compartían el mismo color de ojos y de piel, mientras que de cabellos el hombre lo tenía corto y liso, y la mujer lo tenía alborotado, de color claro.
—Claro, Mogura-san, suerte y espero que los encuentres pronto —mencionó el encargado moviendo ligeramente su cabeza en una simple reverencia de despedida.
Mogura hizo gala de sus mejores modales y se fue del lugar, con siguiente parada hacia la salida de su aldea donde seguramente hallaba a algún guardia haciendo su tan habitual patrulla diaria. Y así fue, nada más llegar al lugar donde normalmente la gente parte de viaje, allí; en la entrada, se encontraban dos guardias, un hombre y una mujer. El hombre era algo más bajo que la fémina, pero ambos compartían el mismo color de ojos y de piel, mientras que de cabellos el hombre lo tenía corto y liso, y la mujer lo tenía alborotado, de color claro.