7/06/2018, 01:41
—A veces al lobo hay que matarlo desde adentro, y para eso primero hay que dejar que te coma —comentó filosófico. Luego calló y asumió una postura meditabunda, visiblemente frustrada, con los dedos de las manos jugueteando nerviosos entre sí. Intercalando su mirada entre cada puta del local, y casi que extrañando sentir el frío de su bandana acariciándole su azulada frente. Probablemente le hacía sentir más seguro, como el follar con los calcetines puestos—. está bien. Te lo prometí, y a estas alturas no puedo obligarte. Me las apañaré yo sólo.
Se levantó de la silla y dio vuelta, aunque se detuvo a media marcha.
—La nota. ¿Decía algún punto de encuentro en concreto para hacer el intercambio? —preguntó con muy poco decoro—. contéstame bien y eres libre de irte tan lejos como puedas antes de que las cosas se pongan feas.
Se levantó de la silla y dio vuelta, aunque se detuvo a media marcha.
—La nota. ¿Decía algún punto de encuentro en concreto para hacer el intercambio? —preguntó con muy poco decoro—. contéstame bien y eres libre de irte tan lejos como puedas antes de que las cosas se pongan feas.