7/06/2018, 05:09
El médico disfrutaba de una conversación sumamente casual con un conocido de aquel lugar, un compañero de bebida, como podría llegar a decirse en las calles. Todo marchaba según lo esperado, el alcohol estaba listo para ser servido y en cuestión de nada debería estar por llegar una suerte de entrada.
Pero sería entonces que aquel muchacho de pelo rojo aparecería, portando un misterioso paquete.
—Buenas noches, caballeros.—
Saludaría con un tono de voz que realmente parecía intentar matar el ambiente.
—Manase-san, Chuunin-san.—
Mogura inevitablemente tuvo que enderezar la espalda y corresponde el gesto del genin. El otro chuunin no tuvo tantas consideraciones con él pero de igual manera realizó una reverencia, ya tenía un par de copas encima como para preocuparse demasiado por los modales y todas esas cosas.
—Buenas noches, Inoue Keisuke.
Realmente no esperaba tener que atender a esa clase de formalidades en lo que restaba del día, no con tanta rigurosidad y mucho menos en ese lugar.
—Espero no importunar pero me gustaría discutir un asunto con usted.—
Una caja fue depositada sobre la mesa, un estampado sería revelado y con eso el médico podría saber que había dentro. Dedicó un par de segundos a ver el inerte presente y luego miró a su compañero de mesa.
—Voy a pasar un momento a la barra, Manase-san.
Diría Ameno con voz rasposa mientras se levantaba con pesadez. En ese momento estaba llevando el chaleco militar abierto y parecía que ya estaba listo para terminar de ponerse ebrio y caer dormido donde fuese posible, hasta que alguien viniese por él o el dueño del bar lo deje debajo del puente más cercano.
Manase Mogura asintió con un gesto leve de su cabeza y luego volvió su mirada a Inoue Keisuke.
—Adelante, Inoue Keisuke.
Ofreció entonces con un gesto de su mano el lugar que habría sido liberado.
Pero sería entonces que aquel muchacho de pelo rojo aparecería, portando un misterioso paquete.
—Buenas noches, caballeros.—
Saludaría con un tono de voz que realmente parecía intentar matar el ambiente.
—Manase-san, Chuunin-san.—
Mogura inevitablemente tuvo que enderezar la espalda y corresponde el gesto del genin. El otro chuunin no tuvo tantas consideraciones con él pero de igual manera realizó una reverencia, ya tenía un par de copas encima como para preocuparse demasiado por los modales y todas esas cosas.
—Buenas noches, Inoue Keisuke.
Realmente no esperaba tener que atender a esa clase de formalidades en lo que restaba del día, no con tanta rigurosidad y mucho menos en ese lugar.
—Espero no importunar pero me gustaría discutir un asunto con usted.—
Una caja fue depositada sobre la mesa, un estampado sería revelado y con eso el médico podría saber que había dentro. Dedicó un par de segundos a ver el inerte presente y luego miró a su compañero de mesa.
—Voy a pasar un momento a la barra, Manase-san.
Diría Ameno con voz rasposa mientras se levantaba con pesadez. En ese momento estaba llevando el chaleco militar abierto y parecía que ya estaba listo para terminar de ponerse ebrio y caer dormido donde fuese posible, hasta que alguien viniese por él o el dueño del bar lo deje debajo del puente más cercano.
Manase Mogura asintió con un gesto leve de su cabeza y luego volvió su mirada a Inoue Keisuke.
—Adelante, Inoue Keisuke.
Ofreció entonces con un gesto de su mano el lugar que habría sido liberado.
Hablo - Pienso