7/06/2018, 18:10
¿Qué podía decir y hacer uno cuando su alma se quedaba pequeña frente a la temible adversidad de un futuro incierto que solo prometía dificultades? Era consciente de que Akame no mentía, que no estaba diciéndolo en tal de amedrentarla. Ese duro día de entrenamiento era el principio, la punta del iceberg. Y al final de todo aquello... la muerte, tan segura como que el sol iba a retirarse del horizonte cuando llegara la noche.
—Soy una inútil. Llevo sufriendo toda mi vida —narró, carente de emoción—. Estoy cansada de todo ello. Necesito volverme más fuerte. Me apunté a la academia para demostrar a mi padre que era capaz de algo, pero a pesar de que terminé siendo seleccionada para el cuerpo médico, algo que según dicen es digno de mérito, a él no le importó. Necesito convencerme de que sirvo para algo, sensei. Tengo que ser capaz de salvarte la vida a ti o a cualquier otro camarada.
»No voy a echarme atrás. Prefiero morir...
«... al fin y al cabo mi vida nunca ha significado nada».
Cerró los ojos y bajó el rostro. Respiraba con lentitud y profundidad, haciendo lo posible en tal de relajarse, de paliar sus dudas, sus miedos.
—Soy una inútil. Llevo sufriendo toda mi vida —narró, carente de emoción—. Estoy cansada de todo ello. Necesito volverme más fuerte. Me apunté a la academia para demostrar a mi padre que era capaz de algo, pero a pesar de que terminé siendo seleccionada para el cuerpo médico, algo que según dicen es digno de mérito, a él no le importó. Necesito convencerme de que sirvo para algo, sensei. Tengo que ser capaz de salvarte la vida a ti o a cualquier otro camarada.
»No voy a echarme atrás. Prefiero morir...
«... al fin y al cabo mi vida nunca ha significado nada».
Cerró los ojos y bajó el rostro. Respiraba con lentitud y profundidad, haciendo lo posible en tal de relajarse, de paliar sus dudas, sus miedos.