9/06/2018, 11:48
— ¡Joder! Yo no debería estar aquí, soy carpintero, joder.
Intercalaba los lamentos y las maldiciones con echar una mirada a la pelea de pandas e intentar sacarse de encima el oso muerto. De momento parecía que el macho llevaba ventaja. Juro y Daigo se apresuraron a ayudarle a apartar el cadáver. Justo cuando ya estaba libre, los pandas empezaron a alocarse aún más.
El panda macho, en un brote de adrenalina, se lanzó a por su rival y la agarró con sus dos patas delanteras y la lanzó por los aires. El vuelo no duró mucho, lo suficiente para alcanzar la aldea, donde hasta hace unos instantes, algunos aldeanos se agrupaban a mirar pensando que estaban a una distancia prudencial. Grave error.
La panda aterrizó sobre el tejado de una casa, durante un segundo pareció que la estructura había aguantado el impacto y justo después se vino abajo. La gente entró en pánico. Entre los chillidos y la carrera por alejarse de allí era imposible saber si había alguien atrapado.
Ambos animales parecían estar perfectamente, como si todo el rato que habían estado peleándose no hubieran acertado ni un solo golpe. Daba la impresión de que la aldea duraría menos que su pelea.
Jin, que había estado observando la impactante escena atónito, abrió la boca lentamente para hablar con un tono bajo y preocupado.
— No tengo ni la más mínima idea de donde cojones ha salido ese otro panda. ¿Es que esto no va acabar nunca? Y ahora son dos, joder.
Intercalaba los lamentos y las maldiciones con echar una mirada a la pelea de pandas e intentar sacarse de encima el oso muerto. De momento parecía que el macho llevaba ventaja. Juro y Daigo se apresuraron a ayudarle a apartar el cadáver. Justo cuando ya estaba libre, los pandas empezaron a alocarse aún más.
El panda macho, en un brote de adrenalina, se lanzó a por su rival y la agarró con sus dos patas delanteras y la lanzó por los aires. El vuelo no duró mucho, lo suficiente para alcanzar la aldea, donde hasta hace unos instantes, algunos aldeanos se agrupaban a mirar pensando que estaban a una distancia prudencial. Grave error.
La panda aterrizó sobre el tejado de una casa, durante un segundo pareció que la estructura había aguantado el impacto y justo después se vino abajo. La gente entró en pánico. Entre los chillidos y la carrera por alejarse de allí era imposible saber si había alguien atrapado.
Ambos animales parecían estar perfectamente, como si todo el rato que habían estado peleándose no hubieran acertado ni un solo golpe. Daba la impresión de que la aldea duraría menos que su pelea.
Jin, que había estado observando la impactante escena atónito, abrió la boca lentamente para hablar con un tono bajo y preocupado.
— No tengo ni la más mínima idea de donde cojones ha salido ese otro panda. ¿Es que esto no va acabar nunca? Y ahora son dos, joder.