9/06/2018, 11:59
Juro y Daigo hicieron un esfuerzo conjunto, hasta que al final, el peso que retenía al cazador cedió, y este quedó libre.
« ¡Lo logramos »
Sin embargo, también fue perder tiempo. Y en ese tiempo, los pandas parecieron volverse mucho más agresivos. El macho, con una fuerza casi sobrenatural, agarró a la panda hembra y la arrojó volando por los aires, en dirección a la aldea. El estallido que provocó confirmó que un tejado había cedido.
— No tengo ni la más mínima idea de donde cojones ha salido ese otro panda. ¿Es que esto no va acabar nunca? Y ahora son dos, joder.
— ¡Tenemos que darnos prisa, Daigo! ¡Podría haber heridos! — exclamó Juro, nervioso. Tenían un panda ahí y otro ya en la aldea. No podían perder el tiempo. Juro entrelazó sus manos en una cadena de sellos y tomó aire — ¡Fūton: Shinkūgyoku!
Un chorro de balas compromidas salió entonces de su pecho hinchado, en dirección al panda macho. Si ya era malo tener a uno dentro de la aldea, sería mucho peor que el otro también entrase y sembrase el pánico. Con suerte, podría tumbarlo. Si no, al menos le dejaría débil.
El chico le desparó abocajarro, un total de ocho proyectiles, a distintas partes de su cuerpo: cuatro al pecho, dos a las piernas, y otros dos a sus costados, para evitar que escapase.
— ¡Hay que retener al otro! — exclamó, con un jadeo. Luego se puso en guardia. No supo si había logrado noquear al oso o no.
« ¡Lo logramos »
Sin embargo, también fue perder tiempo. Y en ese tiempo, los pandas parecieron volverse mucho más agresivos. El macho, con una fuerza casi sobrenatural, agarró a la panda hembra y la arrojó volando por los aires, en dirección a la aldea. El estallido que provocó confirmó que un tejado había cedido.
— No tengo ni la más mínima idea de donde cojones ha salido ese otro panda. ¿Es que esto no va acabar nunca? Y ahora son dos, joder.
— ¡Tenemos que darnos prisa, Daigo! ¡Podría haber heridos! — exclamó Juro, nervioso. Tenían un panda ahí y otro ya en la aldea. No podían perder el tiempo. Juro entrelazó sus manos en una cadena de sellos y tomó aire — ¡Fūton: Shinkūgyoku!
Un chorro de balas compromidas salió entonces de su pecho hinchado, en dirección al panda macho. Si ya era malo tener a uno dentro de la aldea, sería mucho peor que el otro también entrase y sembrase el pánico. Con suerte, podría tumbarlo. Si no, al menos le dejaría débil.
El chico le desparó abocajarro, un total de ocho proyectiles, a distintas partes de su cuerpo: cuatro al pecho, dos a las piernas, y otros dos a sus costados, para evitar que escapase.
— ¡Hay que retener al otro! — exclamó, con un jadeo. Luego se puso en guardia. No supo si había logrado noquear al oso o no.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60