10/06/2018, 20:41
¡Plaf! ¡Flush!
Su cara terminó convirtiéndose en una mitad deforme que no tardó demasiado en recomponerse, como si de sus entrañas naciera sólo cataratas de agua.
Entonces miró a Jitsuna en silencio, y escuchó el cómo le increpaba. También como su esposo trató de calmarla, a su vez de que intentaba nuevamente descargar su ira en el tiburón. Claro estaba que ésta vez no se iba a dejar estar. El brazo de Kano se vio detenido por el suyo, y Kaido le sostuvo en una llave por detrás del codo lo más fuerte que pudo para contenerlo. Entonces le miró a la cara.
—¿Rascándome las bolas? —frunció el ceño y arrastró a Kano hasta la pared contigua. Le pegó como el cuadro de solapo y dejó que hablara su corazón, más que la razón—. ¡estaba haciendo mi maldito trabajo, que es averiguar quién coño está detrás de todo esto, y por qué! y lo hecho. Mientras tú qué, ¿te dabas de chupito mientras le confesabas a tu señora tus más profundos secretos? ¡No me jodas, Kano!
Se lo sacó de encima de un sopetón y volteó a ver a todos y cada uno de ellos.
»Ahora, menos lágrimas y más parar el oído. Koe está bien, por ahora. Sé quién la tiene, y en dónde. Sé que es un tipo peligroso que pertenece a un grupo más peligroso aún y que no le importa una mierda el método para conseguir lo que quiere. Y lo que quieres es ésto —señaló el todo y la nada. Su alrededor—. a tu jodido barco, aunque eso ya lo saben. Y se lo vamos a dar. O al menos, hacerlo pensar que lo ha conseguido. Una vez Koe esté sana y salva, me ocuparé yo del resto. Pero no puedo hacerlo sólo, necesito vuestra ayuda.
Suspiró, y una vena pareció querer salir de su cogote.
—Entonces, ¿qué va a ser?
Su cara terminó convirtiéndose en una mitad deforme que no tardó demasiado en recomponerse, como si de sus entrañas naciera sólo cataratas de agua.
Entonces miró a Jitsuna en silencio, y escuchó el cómo le increpaba. También como su esposo trató de calmarla, a su vez de que intentaba nuevamente descargar su ira en el tiburón. Claro estaba que ésta vez no se iba a dejar estar. El brazo de Kano se vio detenido por el suyo, y Kaido le sostuvo en una llave por detrás del codo lo más fuerte que pudo para contenerlo. Entonces le miró a la cara.
—¿Rascándome las bolas? —frunció el ceño y arrastró a Kano hasta la pared contigua. Le pegó como el cuadro de solapo y dejó que hablara su corazón, más que la razón—. ¡estaba haciendo mi maldito trabajo, que es averiguar quién coño está detrás de todo esto, y por qué! y lo hecho. Mientras tú qué, ¿te dabas de chupito mientras le confesabas a tu señora tus más profundos secretos? ¡No me jodas, Kano!
Se lo sacó de encima de un sopetón y volteó a ver a todos y cada uno de ellos.
»Ahora, menos lágrimas y más parar el oído. Koe está bien, por ahora. Sé quién la tiene, y en dónde. Sé que es un tipo peligroso que pertenece a un grupo más peligroso aún y que no le importa una mierda el método para conseguir lo que quiere. Y lo que quieres es ésto —señaló el todo y la nada. Su alrededor—. a tu jodido barco, aunque eso ya lo saben. Y se lo vamos a dar. O al menos, hacerlo pensar que lo ha conseguido. Una vez Koe esté sana y salva, me ocuparé yo del resto. Pero no puedo hacerlo sólo, necesito vuestra ayuda.
Suspiró, y una vena pareció querer salir de su cogote.
—Entonces, ¿qué va a ser?