11/06/2018, 03:43
Sin comprender todavía el plan del Tiburón, pero confiando en el ninja contratado y en la confianza absoluta que su aura emitía, los tres presentes asintieron. Luego Kaido preguntó a Kano y Reon cómo se encargarían de los soplones.
Shenfu Kano fue el primero en hablar.
—¡Muy fácil! —aseguró. igual de convencido—. ¡Solo tenemos que…! —se rascó la gruesa barbilla—. ¡Solo tenemos que…! —un temblor en su ceja derecha indicó que su confianza caía en picado—. ¡Reon, di algo, joder!
Yoku Reon abrió la boca, confuso.
—Yo… Yo qué coño sé. —Los dos hombres se miraron. Valientes, cada uno a su estilo, pero sin la cabeza necesaria como para trazar un plan de semejante calibre.
Shenfu Kano fue el primero en hablar.
—¡Muy fácil! —aseguró. igual de convencido—. ¡Solo tenemos que…! —se rascó la gruesa barbilla—. ¡Solo tenemos que…! —un temblor en su ceja derecha indicó que su confianza caía en picado—. ¡Reon, di algo, joder!
Yoku Reon abrió la boca, confuso.
—Yo… Yo qué coño sé. —Los dos hombres se miraron. Valientes, cada uno a su estilo, pero sin la cabeza necesaria como para trazar un plan de semejante calibre.