14/06/2018, 19:43
Once de la mañana.
Un calor abrasador producto de la intransigente mirada del astro rey azotaba las calles de Tanzaku Gai. La habitual marea de transeuntes que deambulaba por una ciudad de ese tamaño y características no había disminuido, pero todos buscaban el abrazo de la sombra tanto o más que el de una mujer ligera de ropa o la emoción del juego.
La joven Karma se había tomado la molestia de viajar hasta allí en busca de libros. Aunque habían librerías de sobra en Uzugakure y Yamiria, le resultaba emocionante buscar establecimientos que nunca había pisado con la esperanza de encontrar tomos inusuales o ediciones valiosas. «Han sido cuatro días de viaje... espero dar con algo que merezca la pena». Quizás encontraría algo interesante o quizás volvería a la villa con las manos vacías.
Era una apuesta, una no muy distinta a las que se llevaban a cabo en los casinos de la ciudad.
Vestía con su usual indumentaria, todo su equipamiento —incluso el protector—, y una mochila de viaje de tono azulado. Estaba parada en mitad de una de las calles principales, bien ancha, con puestos de comida y baratijas a ambos lados. También habían edificios de apartamentos, bares, tabernas, casas de dudosa reputación y antros de juego a los extremos.
Karma sostenía un pergamino desenrollado con ambas manos. Era un mapa de la ciudad. Quería llegar a una librería llamada "La Página de Plata", pero le estaba costando ubicarse.
—Hmm... ¿igual giré mal aquí? —consideró.
Un calor abrasador producto de la intransigente mirada del astro rey azotaba las calles de Tanzaku Gai. La habitual marea de transeuntes que deambulaba por una ciudad de ese tamaño y características no había disminuido, pero todos buscaban el abrazo de la sombra tanto o más que el de una mujer ligera de ropa o la emoción del juego.
La joven Karma se había tomado la molestia de viajar hasta allí en busca de libros. Aunque habían librerías de sobra en Uzugakure y Yamiria, le resultaba emocionante buscar establecimientos que nunca había pisado con la esperanza de encontrar tomos inusuales o ediciones valiosas. «Han sido cuatro días de viaje... espero dar con algo que merezca la pena». Quizás encontraría algo interesante o quizás volvería a la villa con las manos vacías.
Era una apuesta, una no muy distinta a las que se llevaban a cabo en los casinos de la ciudad.
Vestía con su usual indumentaria, todo su equipamiento —incluso el protector—, y una mochila de viaje de tono azulado. Estaba parada en mitad de una de las calles principales, bien ancha, con puestos de comida y baratijas a ambos lados. También habían edificios de apartamentos, bares, tabernas, casas de dudosa reputación y antros de juego a los extremos.
Karma sostenía un pergamino desenrollado con ambas manos. Era un mapa de la ciudad. Quería llegar a una librería llamada "La Página de Plata", pero le estaba costando ubicarse.
—Hmm... ¿igual giré mal aquí? —consideró.