15/06/2018, 17:08
Daigo llamó desesperado mientras buscaba heridos por la zona. Durante unos pocos interminables segundos solo hubo silencio. Nadie le respondió, pero eso era algo bueno, ¿no?
Pero no se quiso fiar. Echó un último vistazo alrededor antes de confirmar que el único herido que había allí era él, y solo entonces pudo sentirse aliviado.
Confiaba en que a Juro le estuviera yendo mejor que a él. Al fin y al cabo era su capitán por algo, pero tan solo un vistazo le hizo saber al peliverde que no todo iba tan bien como pensaba.
—¡Juro! —Exclamó cuando vio a su compañero en problemas.
Intentó acercarse lo más rápido que pudo a la escena. Intentó trotar e incluso correr, pero su cuerpo simplemente no se lo permitía.
No pudo evitar cerrar un poco los ojos mientras su corazón se encogía cuando escuchó el grito de dolor de Juro.
No podía soportar no hacer nada, no quería verlo sufrir, no quería que el oso matara a su compañero. Tenía que llegar a Juro de alguna manera, incluso si su cuerpo no podía alcanzarlo.
El panda alzó su pata y Juro levantó su brazo, formando una espada con los dedos.
—¡Muerete de una puta vez!
—¡Acaba con él, Juro-san!
Ambos chicos gritaron mientras Juro realizaba un corte con el viento que buscaba la garganta del animal.
Quizá no podía llegar físicamente a su compañero de ninguna manera, pero a veces la única opción viable era confiar en el resto y apoyarlos con todo lo que se tiene.
Pero no se quiso fiar. Echó un último vistazo alrededor antes de confirmar que el único herido que había allí era él, y solo entonces pudo sentirse aliviado.
Confiaba en que a Juro le estuviera yendo mejor que a él. Al fin y al cabo era su capitán por algo, pero tan solo un vistazo le hizo saber al peliverde que no todo iba tan bien como pensaba.
—¡Juro! —Exclamó cuando vio a su compañero en problemas.
Intentó acercarse lo más rápido que pudo a la escena. Intentó trotar e incluso correr, pero su cuerpo simplemente no se lo permitía.
No pudo evitar cerrar un poco los ojos mientras su corazón se encogía cuando escuchó el grito de dolor de Juro.
No podía soportar no hacer nada, no quería verlo sufrir, no quería que el oso matara a su compañero. Tenía que llegar a Juro de alguna manera, incluso si su cuerpo no podía alcanzarlo.
El panda alzó su pata y Juro levantó su brazo, formando una espada con los dedos.
—¡Muerete de una puta vez!
—¡Acaba con él, Juro-san!
Ambos chicos gritaron mientras Juro realizaba un corte con el viento que buscaba la garganta del animal.
Quizá no podía llegar físicamente a su compañero de ninguna manera, pero a veces la única opción viable era confiar en el resto y apoyarlos con todo lo que se tiene.
¡Muchas gracias a Nao por el sensual avatar y a Ranko por la pedazo de firma!
Team pescado.