16/06/2018, 17:49
—¿Kila? —indagó aquel hombre que Kaido había visto más temprano, con su bigote inconfundible y sus ganas encomendables de fumar un cigarrillo—. Joder, ¿qué te ha pasado? ¿Te han herido? Katame está impaciente…
Y en cuanto el hombre se agachó ... el brillo de la muerte se apoyó, afilado, sobre su cuello.
—Puede que él sí, pero yo no tanto —luego, sentiría el impacto de algo contundente atizándole la parte superior del cogote, empuñado por los fuertes brazos del poca cabeza y mucho músculo, Yoku Reon.
Y en cuanto el hombre se agachó ... el brillo de la muerte se apoyó, afilado, sobre su cuello.
—Puede que él sí, pero yo no tanto —luego, sentiría el impacto de algo contundente atizándole la parte superior del cogote, empuñado por los fuertes brazos del poca cabeza y mucho músculo, Yoku Reon.