16/06/2018, 20:18
Katame desenrolló el pergamino con ojos ávidos.
—Has tomado la decisión correcta, Kano —le esbozó una sonrisa cómplice—. El barco por tu sobrina, ¿eh?
Shenfu Kano se obligó a hablar.
—Así es.
Los ojos de Katame siguieron bajando por el pergamino, esta vez, buscando el sello que confirmaba la autenticidad de aquel papel.
—Dime una cosa: ¿cómo coño sabías dónde encontrarme? —Antes de darle tiempo a Shenfu Kano a responder, Katame miró al otro hombre—. Eh, ve a mirar los alrededores. No me fío.
El hombre asintió con la cabeza y salió por el camino que habían llegado Kano y Kaido.
—Has tomado la decisión correcta, Kano —le esbozó una sonrisa cómplice—. El barco por tu sobrina, ¿eh?
Shenfu Kano se obligó a hablar.
—Así es.
Los ojos de Katame siguieron bajando por el pergamino, esta vez, buscando el sello que confirmaba la autenticidad de aquel papel.
—Dime una cosa: ¿cómo coño sabías dónde encontrarme? —Antes de darle tiempo a Shenfu Kano a responder, Katame miró al otro hombre—. Eh, ve a mirar los alrededores. No me fío.
El hombre asintió con la cabeza y salió por el camino que habían llegado Kano y Kaido.