8/09/2015, 12:13
Ahí residía la clave, siempre debíamos enfrentar la vida con optimismo, tanto lo bueno como lo malo. -Si caes y te levantas, no caíste...solo tomaste un impulso Respondí sonriente.
A pesar de todo, Karamaru se encontraba contrariado, la falta de oxigeno era más que evidente, pero no teníamos fuerza para comenzar ahora un descenso, ni oxigeno para ver ni hacer las cosas con claridad, y eso podría desencadenar en una desgracia. -Karamaru-san... confía en mí. Con un gesto del brazo lo invité a que se sentara de nuevo. -Respira hondo y rápido como cuando estás llevando a cabo un esfuerzo físico, con el tiempo el cuerpo tomará el aire que necesita. Cuando estemos un poco más recuperados comenzaremos el descenso.
De entre mis ropas saqué un libro para hacer amena la espera, la abrí y seguí la lectura en donde la dejé, la falta de oxigeno me impedía leer con claridad, por lo que cuando pudiera leer nítido, sabría que mis indices de oxigeno estaría dentro de la normalidad.
"Considera a tus soldados como a tus hijos y te seguirán hasta los valles más profundos; míralos como tus propios amados hijos y estarán a tu lado incluso en la muerte" Leí con rostro agradecido, el libro me estaba resultando una verdadera obra de arte.
Mientras pasaba páginas le formulé una pregunta a Karamaru, sin apartar la vista de aquel tomo. -Karamaru-san, ¿Os gusta leer?
Pasaron tal vez unos treinta minutos, y el descanso dio resultado. La claridad volvió a nuestras mentes y descansamos y comimos algo durante el proceso. Ahora si que podíamos iniciar ya la marcha de regreso. -Yo creo que ya puedo comenzar el descenso ¿Y tu? Pregunté
A pesar de todo, Karamaru se encontraba contrariado, la falta de oxigeno era más que evidente, pero no teníamos fuerza para comenzar ahora un descenso, ni oxigeno para ver ni hacer las cosas con claridad, y eso podría desencadenar en una desgracia. -Karamaru-san... confía en mí. Con un gesto del brazo lo invité a que se sentara de nuevo. -Respira hondo y rápido como cuando estás llevando a cabo un esfuerzo físico, con el tiempo el cuerpo tomará el aire que necesita. Cuando estemos un poco más recuperados comenzaremos el descenso.
De entre mis ropas saqué un libro para hacer amena la espera, la abrí y seguí la lectura en donde la dejé, la falta de oxigeno me impedía leer con claridad, por lo que cuando pudiera leer nítido, sabría que mis indices de oxigeno estaría dentro de la normalidad.
"Considera a tus soldados como a tus hijos y te seguirán hasta los valles más profundos; míralos como tus propios amados hijos y estarán a tu lado incluso en la muerte" Leí con rostro agradecido, el libro me estaba resultando una verdadera obra de arte.
Mientras pasaba páginas le formulé una pregunta a Karamaru, sin apartar la vista de aquel tomo. -Karamaru-san, ¿Os gusta leer?
Pasaron tal vez unos treinta minutos, y el descanso dio resultado. La claridad volvió a nuestras mentes y descansamos y comimos algo durante el proceso. Ahora si que podíamos iniciar ya la marcha de regreso. -Yo creo que ya puedo comenzar el descenso ¿Y tu? Pregunté