4/07/2018, 01:45
Katame luchaba en terreno del enemigo. En uno que su contrario podía explotar y que a él le dejaba en una posición más que desfavorable. Ni sus Katones, ni sus Fuutones, ni mucho menos su habilidad en Kenjutsu. No podía usar nada, y el Tiburón le había tomado por la espalda y le sumergía ahora en las profundidades del mar.
Cualquiera diría que iba a morir.
Pero también lo hubiesen dicho en anteriores ocasiones. Lo hubiesen dicho, todavía más convencidos, cuando él y su anterior grupo habían traicionado a Dragón Rojo. Lo hubiesen dicho, todavía con más ímpetu, cuando Uchiha Zaide había descubierto que lo había estado envenenando. Y allí seguía él: dando por culo.
Lo primero que hizo fue hincar un codazo en las costillas de su captor. Al mismo tiempo, sacó una mano del portaobjetos. Esa que había introducido anteriormente, y la estampó contra la boca de Kaido, con la mano abierta.
La botellita de cristal rompió contra las fauces de aquel muerto, y su contenido, se liberó…
Cualquiera diría que iba a morir.
Pero también lo hubiesen dicho en anteriores ocasiones. Lo hubiesen dicho, todavía más convencidos, cuando él y su anterior grupo habían traicionado a Dragón Rojo. Lo hubiesen dicho, todavía con más ímpetu, cuando Uchiha Zaide había descubierto que lo había estado envenenando. Y allí seguía él: dando por culo.
Lo primero que hizo fue hincar un codazo en las costillas de su captor. Al mismo tiempo, sacó una mano del portaobjetos. Esa que había introducido anteriormente, y la estampó contra la boca de Kaido, con la mano abierta.
La botellita de cristal rompió contra las fauces de aquel muerto, y su contenido, se liberó…