4/07/2018, 16:33
Juro soltó una pequeña carcajada, a pesar del dolor constante, cuando Daigo le dijo eso.
— ¡Genial! ¡Buen trabajo! — exclamó. Mejor que el mió, de hecho, reflexionó —. Te has esforzado mucho en esta misión. Nos merecemos una buena recompensa.
Jin, a su espalda, comprobó el estado de los animales para ver si realmente estaban muertos. Los aldeanos pronto empezaron a curiosear — normal, teniendo en cuenta que una casa ya se había destrozado, y el escenario no había sido precisamente bonito — y él estaba conteniendolos.
— Vosotros ya habéis cumplido, si queréis podéis iros ya o ir a mi cabaña y descansar un rato, yo me ocupo de estos y de los cadáveres. No os preocupéis, no creo que queden más osos afectados, sino hubiesen aparecido como los demás — El hombre les tendió el pergamino que aclaraba que habían terminado la misión —. Ah, sí, podéis decirle a quien sea que informéis que me encontrará en esa misma cabaña. Es hora de pagar por mis crímenes.
— Tú no tienes la culpa. Te hiciste cargo de lo que pasó, y hoy salvaste a toda una aldea. Estoy seguro de que cuando lo contemos, lo tendrán en cuenta — le dijo Juro, a penado. Aunque no supo si realmente sus palabras le harían efecto. Parecía un hombre que había aceptado su destino. El hombre se marchó, y él no pudo ni despedirse de él.
¿Tenía la culpa por lo de los muebles? Realmente era injusto hacerle pagar por ello. Ese día nadie había muerto, y era gracias a él, en mucha parte. Tendrían que dar parte cuando volviesen, de esto estaba seguro.
— Creo que deberíamos descansar un poco, Daigo. Los dos estamos heridos y no sería prudente regresar ahora — afirmó Juro, a su compañero —. Después, volveremos a la villa, si estás de acuerdo. Tenemos un pergamino que entregar, y supongo que un mensaje.
Afortunadamente, Juro podía caminar, aunque parecía cojo. Si Daigo estaba de acuerdo, descansarían, y luego se encaminarían a la villa. Tenía el pergamino de la misión en su mano, con un éxito.
— ¡Genial! ¡Buen trabajo! — exclamó. Mejor que el mió, de hecho, reflexionó —. Te has esforzado mucho en esta misión. Nos merecemos una buena recompensa.
Jin, a su espalda, comprobó el estado de los animales para ver si realmente estaban muertos. Los aldeanos pronto empezaron a curiosear — normal, teniendo en cuenta que una casa ya se había destrozado, y el escenario no había sido precisamente bonito — y él estaba conteniendolos.
— Vosotros ya habéis cumplido, si queréis podéis iros ya o ir a mi cabaña y descansar un rato, yo me ocupo de estos y de los cadáveres. No os preocupéis, no creo que queden más osos afectados, sino hubiesen aparecido como los demás — El hombre les tendió el pergamino que aclaraba que habían terminado la misión —. Ah, sí, podéis decirle a quien sea que informéis que me encontrará en esa misma cabaña. Es hora de pagar por mis crímenes.
— Tú no tienes la culpa. Te hiciste cargo de lo que pasó, y hoy salvaste a toda una aldea. Estoy seguro de que cuando lo contemos, lo tendrán en cuenta — le dijo Juro, a penado. Aunque no supo si realmente sus palabras le harían efecto. Parecía un hombre que había aceptado su destino. El hombre se marchó, y él no pudo ni despedirse de él.
¿Tenía la culpa por lo de los muebles? Realmente era injusto hacerle pagar por ello. Ese día nadie había muerto, y era gracias a él, en mucha parte. Tendrían que dar parte cuando volviesen, de esto estaba seguro.
— Creo que deberíamos descansar un poco, Daigo. Los dos estamos heridos y no sería prudente regresar ahora — afirmó Juro, a su compañero —. Después, volveremos a la villa, si estás de acuerdo. Tenemos un pergamino que entregar, y supongo que un mensaje.
Afortunadamente, Juro podía caminar, aunque parecía cojo. Si Daigo estaba de acuerdo, descansarían, y luego se encaminarían a la villa. Tenía el pergamino de la misión en su mano, con un éxito.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60