7/07/2018, 01:14
Kaido encontró el asta, sabe los Dioses cómo, sumergido en la nube de humo. Tosía cada vez que respiraba, y no era capaz de abrir los ojos por culpa del picor que el humo le producía. Allí, gracias al tacto, halló una cuerda. Y otra a su lado, tensada. Y otra. Y otra…
Y un total de ocho. Empezó a cortar, desesperado. Cuando logró cortar la tercera, oyó un ruido en lo alto. Fuese lo que fuese que hubiese hecho, algo estaba provocando. Y eso, era buena señal.
Cortó una cuarta… y entonces oyó algo. Como un cristal romperse bajo sus pies.
La Kemuridama que había usado estaba a punto de disiparse… Aunque, por otra parte, y por contradictorio que sonase, el humo estaba intensificándose.
Y un total de ocho. Empezó a cortar, desesperado. Cuando logró cortar la tercera, oyó un ruido en lo alto. Fuese lo que fuese que hubiese hecho, algo estaba provocando. Y eso, era buena señal.
Cortó una cuarta… y entonces oyó algo. Como un cristal romperse bajo sus pies.
La Kemuridama que había usado estaba a punto de disiparse… Aunque, por otra parte, y por contradictorio que sonase, el humo estaba intensificándose.