9/07/2018, 01:31
Y tan rápido como se había convertido en agua, así mismo se vio forzado a recomponerse. El crecido picor que ahora le atacaba cada parte de su cuerpo no le había permitido mantener la transformación, y por lo visto; no se lo iba a permitir tampoco durante un tiempo considerable. Entonces cayó en cuenta que aún y cuando se había percatado de que era un veneno, el efecto ya estaba haciendo de las suyas y que no podía hacer nada para evitarlo.
Maldijo para sus adentros, sintiéndose superado. No tenía que haberle dejado salir del mar. Ahora realmente podía morir.
—Esto se ha acabado —sentenció Katame—. ¡Quebrantahuesos, muéstrale por qué te llaman así!
Pero había algo que Katame no tuvo en cuenta. Y es que aún y cuando el escozor de su maldita treta parecía estar haciendo de las suyas en aquel crío azul, eso no significaba que sus movimientos estuvieran netamente limitados. Tampoco sus otros sentidos. Porque escuchar las órdenes dadas a quebrantahuesos, aunado al intenso sonido que par de alas tan grandes acercándose por sobre suyo le daría mayor o menor idea del inminente peligro que ahora buscaba acabar de una vez por todas con su vida.
Kaido corrió a rajatablas sobre la plataforma apenas Katame había hablado, e intentó meterse por la entrada que daba a los camarotes inferiores.
Maldijo para sus adentros, sintiéndose superado. No tenía que haberle dejado salir del mar. Ahora realmente podía morir.
—Esto se ha acabado —sentenció Katame—. ¡Quebrantahuesos, muéstrale por qué te llaman así!
Pero había algo que Katame no tuvo en cuenta. Y es que aún y cuando el escozor de su maldita treta parecía estar haciendo de las suyas en aquel crío azul, eso no significaba que sus movimientos estuvieran netamente limitados. Tampoco sus otros sentidos. Porque escuchar las órdenes dadas a quebrantahuesos, aunado al intenso sonido que par de alas tan grandes acercándose por sobre suyo le daría mayor o menor idea del inminente peligro que ahora buscaba acabar de una vez por todas con su vida.
Kaido corrió a rajatablas sobre la plataforma apenas Katame había hablado, e intentó meterse por la entrada que daba a los camarotes inferiores.