9/07/2018, 21:30
El jōnin le restó importancia con un leve gesto de su mano diestra.
—Ah, sí, el programa. Ya casi se me había olvidado... Realmente en la Academia la formación es bastante básica. Si quieres llegar a ser una kunoichi hecha y derecha, necesitarás complementarla muchísimo —aconsejó, recordando sus largos ratos de estudio y entrenamiento en horas extraescolares—. Sobre todo si te interesa el Genjutsu. Aunque imagino que siendo ninja médico, ya te habrán advertido sobre el escaso tiempo libre del que vas a disponer.
Siguieron caminando, con Akame dando largas pitadas a su cigarro. Se tomó su tiempo para contestar a la pregunta de Karma.
—Tan sólo era un dicho popular. El Clan Uchiha fue conocido y temido en todo Oonindo por la afinidad innata de sus miembros para el combate. Nuestro Dōjutsu es sólo una parte de ello —dejó caer la respuesta a medias, como siempre.
El Kage Bunshin se detuvo en cuanto vio a la bestia. Con movimientos lentos y sigilosos, buscó la cobertura más cercana y desde allí observó al animal. «Daré un rodeo sin más», pensó Akame. Y así hizo, buscando desviarse ligeramente del camino para sortear al jabalí sin que éste se sintiera amenazado por su presencia. Al fin y al cabo, no había motivos para molestarlo...
¿No?
—Ah, sí, el programa. Ya casi se me había olvidado... Realmente en la Academia la formación es bastante básica. Si quieres llegar a ser una kunoichi hecha y derecha, necesitarás complementarla muchísimo —aconsejó, recordando sus largos ratos de estudio y entrenamiento en horas extraescolares—. Sobre todo si te interesa el Genjutsu. Aunque imagino que siendo ninja médico, ya te habrán advertido sobre el escaso tiempo libre del que vas a disponer.
Siguieron caminando, con Akame dando largas pitadas a su cigarro. Se tomó su tiempo para contestar a la pregunta de Karma.
—Tan sólo era un dicho popular. El Clan Uchiha fue conocido y temido en todo Oonindo por la afinidad innata de sus miembros para el combate. Nuestro Dōjutsu es sólo una parte de ello —dejó caer la respuesta a medias, como siempre.
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El Kage Bunshin se detuvo en cuanto vio a la bestia. Con movimientos lentos y sigilosos, buscó la cobertura más cercana y desde allí observó al animal. «Daré un rodeo sin más», pensó Akame. Y así hizo, buscando desviarse ligeramente del camino para sortear al jabalí sin que éste se sintiera amenazado por su presencia. Al fin y al cabo, no había motivos para molestarlo...
¿No?