12/07/2018, 11:55
Tras una semana entera de descanso tras la primera prueba, la segunda parte del examen estaba por comenzar. Juro había sido citado de forma idéntica a la vez anterior: a primera hora de la mañana en la academia. Otra vez, pudo ver al resto de genin y saludar a sus conocidos, aunque no tuvo tiempo de hablar con ellos. Todos debían de estasr algo nerviosos, y él también, por supuesto.
« Esto no es como antes. Ya no es una situación hipotética. Es real » — pensaba una y otra vez, aunque la academía le confundía. ¿Era un punto de encuentro? ¿Le llevarían a otro sitio después de esto, quizá? ¿Unos bosques? ¿Un remolino para demostrar su valía? Quién sabe.
Se encontraron con el mismo hombre manco del examen, aunque este apareció en recepción. Llevaba la misma ropa, pero no tanta seriedad encima.
—A diferencia de la última prueba, esta vez al confirmar vuestra presencia os diré con el número del aula en la que pasareis la prueba práctica. Siguiendo el pasillo encontraréis una bifurcación, a la izquierda los impares y a la derecha los pares. Como os he dicho, yo no soy el encargado de puntuar ni siquiera de vigilar, pero me han dado un par de instrucciones previas para vosotros. La primera es, no se aceptan preguntas hasta el final del examen, y segunda, podéis renunciar a esta prueba en cualquier momento desde ahora, no es eliminatoria pero constaría negativamente para la resolución final.
« A la izquierda los impares, a la derecha los pares. A la izquierda los impares, a la derecha los pares... ¿A la derecha los impares? No, los pares. Los pares » — Como se perdiese en mitad del examen, menuda faena.
Empezó a llamarles uno por uno, hasta que le toco su turno.
—Eikyu Juro, aula cuatro.
El hombre espero que Juro se moviese y él cumplió sus expectativas. Fue capaz de atinar a la dirección correcta (a la derecha, a la derecha los pares). Después, siguió caminando, y por un descuido, se pasó el aula cuatro. Afortunadamente, no tardó en darse cuenta, y pudo recular hasta encontrarla nuevamente.
« Por un pelo... » — suspiró Juro, mientras se adentraba en el aula.
La puerta estaba abierta, y su interior, cambiado. Parecían haber redistribuido el aula, de forma que los pupitres de los estudiantes seguían igual, pero el del profesor había sido quitado. En su lugar, había dos cojines y una bebida.
Por alguna razón, eso le recordó mucho a su encuentro con el Morikage. En lugar de reconfortarle, le trajo algo de amargura.
La bebida en medio de los cojines era facilmente reconocible. Juro se puso en guardia al instante. Era chocolate. La bebida a la que era alérgico. Si lo bebía, no le iría muy bien.
«Saben mi expediente. Mis debilidades. Solo era cuestión de tiempo... » — se quejó Juro, para sí. No dejó de mirar la bebida en ningún momento, como si tuviera miedo de que saltase a por él y entrase por su garganta a presión.
Había un hombre esperandole, sentado en el cojín contiguo. Era de avanzada edad, pues tenía el pelo canoso y largo (ya le gustaría tener tanto pelo para cuando llegase a su edad) y un frondoso bigote igual de blanco. Tenía el chaleco y la bandana que le identificaba como ninja de Kusagakure. También estaba bebiendose un vaso con más chocolate, y vestía de marrón. Menuda oda a ese maldito color.
—Eikyu Juro, nuestro único... aspirante. Bienvenido, siéntate y cierra la puerta, por favor. — Juro frunció el ceño. Esa voz... le era familiar. Muy familiar. Pero no conseguía identificar por qué. Era gutural y profunda, y le inquietaba mucho. Era como tener algo en la punta de la lengua y no poder sacarlo por más que lo intentase.
Juro hizo caso, aunque no le gustaba nada esa habitación. Ni el hombre ni el vaso de chocolate. Cuando hubo cerrado la puerta, se acercó a los cojines y se sentó, alternando miradas entre el hombre y el vaso.
— B-buenos días — murmuró, sin saber muy bien qué decirle a aquel hombre. Además, había dicho que era el único aspirante. ¿El único? ¿Nadie más de Kusagakure se había presentado? La presión empezaba a aflojarle otra vez la garganta.
« Esto no es como antes. Ya no es una situación hipotética. Es real » — pensaba una y otra vez, aunque la academía le confundía. ¿Era un punto de encuentro? ¿Le llevarían a otro sitio después de esto, quizá? ¿Unos bosques? ¿Un remolino para demostrar su valía? Quién sabe.
Se encontraron con el mismo hombre manco del examen, aunque este apareció en recepción. Llevaba la misma ropa, pero no tanta seriedad encima.
—A diferencia de la última prueba, esta vez al confirmar vuestra presencia os diré con el número del aula en la que pasareis la prueba práctica. Siguiendo el pasillo encontraréis una bifurcación, a la izquierda los impares y a la derecha los pares. Como os he dicho, yo no soy el encargado de puntuar ni siquiera de vigilar, pero me han dado un par de instrucciones previas para vosotros. La primera es, no se aceptan preguntas hasta el final del examen, y segunda, podéis renunciar a esta prueba en cualquier momento desde ahora, no es eliminatoria pero constaría negativamente para la resolución final.
« A la izquierda los impares, a la derecha los pares. A la izquierda los impares, a la derecha los pares... ¿A la derecha los impares? No, los pares. Los pares » — Como se perdiese en mitad del examen, menuda faena.
Empezó a llamarles uno por uno, hasta que le toco su turno.
—Eikyu Juro, aula cuatro.
El hombre espero que Juro se moviese y él cumplió sus expectativas. Fue capaz de atinar a la dirección correcta (a la derecha, a la derecha los pares). Después, siguió caminando, y por un descuido, se pasó el aula cuatro. Afortunadamente, no tardó en darse cuenta, y pudo recular hasta encontrarla nuevamente.
« Por un pelo... » — suspiró Juro, mientras se adentraba en el aula.
La puerta estaba abierta, y su interior, cambiado. Parecían haber redistribuido el aula, de forma que los pupitres de los estudiantes seguían igual, pero el del profesor había sido quitado. En su lugar, había dos cojines y una bebida.
Por alguna razón, eso le recordó mucho a su encuentro con el Morikage. En lugar de reconfortarle, le trajo algo de amargura.
La bebida en medio de los cojines era facilmente reconocible. Juro se puso en guardia al instante. Era chocolate. La bebida a la que era alérgico. Si lo bebía, no le iría muy bien.
«Saben mi expediente. Mis debilidades. Solo era cuestión de tiempo... » — se quejó Juro, para sí. No dejó de mirar la bebida en ningún momento, como si tuviera miedo de que saltase a por él y entrase por su garganta a presión.
Había un hombre esperandole, sentado en el cojín contiguo. Era de avanzada edad, pues tenía el pelo canoso y largo (ya le gustaría tener tanto pelo para cuando llegase a su edad) y un frondoso bigote igual de blanco. Tenía el chaleco y la bandana que le identificaba como ninja de Kusagakure. También estaba bebiendose un vaso con más chocolate, y vestía de marrón. Menuda oda a ese maldito color.
—Eikyu Juro, nuestro único... aspirante. Bienvenido, siéntate y cierra la puerta, por favor. — Juro frunció el ceño. Esa voz... le era familiar. Muy familiar. Pero no conseguía identificar por qué. Era gutural y profunda, y le inquietaba mucho. Era como tener algo en la punta de la lengua y no poder sacarlo por más que lo intentase.
Juro hizo caso, aunque no le gustaba nada esa habitación. Ni el hombre ni el vaso de chocolate. Cuando hubo cerrado la puerta, se acercó a los cojines y se sentó, alternando miradas entre el hombre y el vaso.
— B-buenos días — murmuró, sin saber muy bien qué decirle a aquel hombre. Además, había dicho que era el único aspirante. ¿El único? ¿Nadie más de Kusagakure se había presentado? La presión empezaba a aflojarle otra vez la garganta.
Hablo / Pienso
Avatar hecho por la increible Eri-sama.
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Sellos implantados: Hermandad intrepida
- Juro y Datsue : Aliento nevado, 218. Poder:60