13/07/2018, 12:58
Dejó el huevo a medio comer en el plato y cogió otro, para darle otro mordisco y también dejarlo en el plato. Datsue podría jurar que los estaba dejando así para que él tuviese una vista bien hermosa tanto de la clara como de la yema. La mujer no reaccionó hasta que vio que el genin se percataba de qué estaba pasando, entonces sí, sonrió.
— Verás, querido. Uchiha Datsue. — lo decía con tanto retintín, que hasta al nombrado le sonaba estúpido su propio nombre. — El mismísimo Uzukage-sama me ha advertido sobre ti. Tretas, trucos, tejemanejes, acciones ocultas, juegos de manos, incluso trucos de magia. Una sola acción minimamente sospechosa, y estás fuera.
Se detuvo menos de un segundo, lo justo para que a lo mejor, Datsue se pensase que podía responder, y entonces volvería a hablar, empezando un tono más alto que antes.
— ¡Bien! Con todo aclarado, vamos con la segunda prueba. Ni interrupciones ni preguntas hasta el final. Se trata de un Genjutsu, uno delicado, así que ni lo intentes, nada de ojos de colorines ni Kai ni, como te he advertido, truquitos de ningún tipo. Estoy aquí para asegurarme de que has aprendido, aunque siendo del norte... Bueno, la ilusión te presentará varios puntos de una misión ejemplo en los que tendrás que tomar decisiones rápidas pero no por ello menos importantes. Después de cada decisión, tendrás un tiempo para explicarte, justificar tu decisión. Tanto como quieras. Cuando acabes, saltará a la siguiente. Tras dos ilusiones, volverás aquí y podrás preguntarme una sola cosa, que yo responderé con sinceridad. — casi parecía que le dolían esas últimas palabras. — Salir de la ilusión o del aula mientras dure la prueba se considerará abandono. Si abandonas ahora tendrás un punto por haberte sentado.
Dio otro mordisco a otro huevo mientras con la mano libre señalaba la puerta, esperando si el genin decidía continuar. Sus palabras eran crueles, pero el tono despertaba en Datsue otros sentimientos, sentimientos algo más positivos.
— Verás, querido. Uchiha Datsue. — lo decía con tanto retintín, que hasta al nombrado le sonaba estúpido su propio nombre. — El mismísimo Uzukage-sama me ha advertido sobre ti. Tretas, trucos, tejemanejes, acciones ocultas, juegos de manos, incluso trucos de magia. Una sola acción minimamente sospechosa, y estás fuera.
Se detuvo menos de un segundo, lo justo para que a lo mejor, Datsue se pensase que podía responder, y entonces volvería a hablar, empezando un tono más alto que antes.
— ¡Bien! Con todo aclarado, vamos con la segunda prueba. Ni interrupciones ni preguntas hasta el final. Se trata de un Genjutsu, uno delicado, así que ni lo intentes, nada de ojos de colorines ni Kai ni, como te he advertido, truquitos de ningún tipo. Estoy aquí para asegurarme de que has aprendido, aunque siendo del norte... Bueno, la ilusión te presentará varios puntos de una misión ejemplo en los que tendrás que tomar decisiones rápidas pero no por ello menos importantes. Después de cada decisión, tendrás un tiempo para explicarte, justificar tu decisión. Tanto como quieras. Cuando acabes, saltará a la siguiente. Tras dos ilusiones, volverás aquí y podrás preguntarme una sola cosa, que yo responderé con sinceridad. — casi parecía que le dolían esas últimas palabras. — Salir de la ilusión o del aula mientras dure la prueba se considerará abandono. Si abandonas ahora tendrás un punto por haberte sentado.
Dio otro mordisco a otro huevo mientras con la mano libre señalaba la puerta, esperando si el genin decidía continuar. Sus palabras eran crueles, pero el tono despertaba en Datsue otros sentimientos, sentimientos algo más positivos.
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