14/07/2018, 22:56
El dragón abrió los ojos de par en par. De no ser tan orgulloso, Kaido habría subido su mano para taparse la boca de la impresión. Estaba anonadado. Tan grande que era Oonindo, y el Kaguya que le había inquirido hasta la torre de la Arashikage era nada más y nada menos que el artífice directo de la falta de aquel ojo.
Kaido tragó saliva. Ahora sí que comenzaba a sentir la presión cayéndole sobre los hombros. La gravedad de mil universos apoyándose sobre él, en complot.
Pero no estaba seguro, no. Sino Segurísimo.
—Muy seguro, sí. Es un tatuaje difícil de olvidar —dijo, convencido—. más aún cuando lo ves encenderse en llamas y revivir como una puta ave fenix.
Katame giró y alejó la estela de humo alrededor suyo.
—Hay algo que omití en mi reporte. Cuando lo maté, finalmente, el tatuaje se prendió. El cadáver de Katame se encendió en llamas y recuperó la vida durante unos segundos, los suficientes para que algo dentro suyo me hablara.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo, deshaciendo la transformación.
—No era su voz. Tampoco puedo imitarla, era algo irracional. Y alcanzó a decir que ... me felicitaba, por haber matado a su ¿hijo? no tengo ni puta idea de a qué se refirió. También dijo que ahora tenía que tomar su lugar y cumplir con su misión o sino, que alguien lo haría una vez muriera yo. Y todo esto, ojo, mientras se quemaba vivo el hijo de puta. ¡Derritiéndose!
Kaido tragó saliva. Ahora sí que comenzaba a sentir la presión cayéndole sobre los hombros. La gravedad de mil universos apoyándose sobre él, en complot.
Pero no estaba seguro, no. Sino Segurísimo.
—Muy seguro, sí. Es un tatuaje difícil de olvidar —dijo, convencido—. más aún cuando lo ves encenderse en llamas y revivir como una puta ave fenix.
Katame giró y alejó la estela de humo alrededor suyo.
—Hay algo que omití en mi reporte. Cuando lo maté, finalmente, el tatuaje se prendió. El cadáver de Katame se encendió en llamas y recuperó la vida durante unos segundos, los suficientes para que algo dentro suyo me hablara.
Un escalofrío le recorrió el cuerpo, deshaciendo la transformación.
—No era su voz. Tampoco puedo imitarla, era algo irracional. Y alcanzó a decir que ... me felicitaba, por haber matado a su ¿hijo? no tengo ni puta idea de a qué se refirió. También dijo que ahora tenía que tomar su lugar y cumplir con su misión o sino, que alguien lo haría una vez muriera yo. Y todo esto, ojo, mientras se quemaba vivo el hijo de puta. ¡Derritiéndose!