15/07/2018, 01:17
El escualo se tiró en su asiento y trató de relajarse. Lanzó un suspiro al aire y recibió la reprimenda de la Kaguya como quien no puede ser más apaleado. Una y otra vez le había repetido que, quizás, había obrado mal, muy a pesar de las circunstancias de su misión.
—La cagaste. —No iba a andarse con rodeos ni poniendo paños calientes—. No tenías forma de saberlo, pero la cagaste. Debiste traerlo aquí. Vivo. No sabes la de información valiosa que ese capullo tenía en la cabeza.
«Que te jodan, lo que estás es celosa, perra inmunda. ¡Celosa que que lo maté yo y no tú!»
Kaido soltó una sonrisa amarga. No tenía caso llevar la contraria a la jounin.
—Debí, claro —¿qué le iba a decir ella lo que debió o no hacer? no tenía ni puta idea de lo que tuvo que pasar para sobrevivir. O sí lo sabía, después de todo, ella lo había enfrentado—. pero lo hecho hecho está, Katame se está pudriendo ahora mismo en el fondo del mar. ¿Ahora qué? ¿Qué hacemos?
Por lo visto, Kaido estaba eligiéndose para una tarea de la que también era inconsciente. Él lo había comenzado todo, así que estaba dispuesto a acabarlo. Aunque Katame fuera, quizás, la punta de un iceberg muy pero muy grande. Y peligroso.
—La cagaste. —No iba a andarse con rodeos ni poniendo paños calientes—. No tenías forma de saberlo, pero la cagaste. Debiste traerlo aquí. Vivo. No sabes la de información valiosa que ese capullo tenía en la cabeza.
«Que te jodan, lo que estás es celosa, perra inmunda. ¡Celosa que que lo maté yo y no tú!»
Kaido soltó una sonrisa amarga. No tenía caso llevar la contraria a la jounin.
—Debí, claro —¿qué le iba a decir ella lo que debió o no hacer? no tenía ni puta idea de lo que tuvo que pasar para sobrevivir. O sí lo sabía, después de todo, ella lo había enfrentado—. pero lo hecho hecho está, Katame se está pudriendo ahora mismo en el fondo del mar. ¿Ahora qué? ¿Qué hacemos?
Por lo visto, Kaido estaba eligiéndose para una tarea de la que también era inconsciente. Él lo había comenzado todo, así que estaba dispuesto a acabarlo. Aunque Katame fuera, quizás, la punta de un iceberg muy pero muy grande. Y peligroso.