15/07/2018, 01:36
—¿Hacemos? —preguntó, alzando una ceja—. Tú nada, desde luego. Esto te supera. —No lo dijo con maldad. Ni para hacer saña. O burla. Simplemente… era lo que pensaba.
Dio una honda calada al cigarrillo y echó la ceniza en el cenicero.
—Katame no era nadie, Kaido. Nadie. Nadie más que un capullo, un violador y un narcisista. Un carroñero que sabía moverse bien entre depredadores. Ese era su verdadero punto fuerte —le explicó—. Aprendió todo de su padre, un antiguo shinobi de Amegakure. Un traidor —escupió la palabra como si le supiese a mierda—. Empezó haciendo trapicheos en Shinogi-To. Pequeños robos. Estafas de poca monta. Palizas por encargo. Hasta que se juntó con Uchiha Zaide. —Kaido notó que el tono de su voz vibró al mencionar su nombre, pero no supo distinguir por qué emoción.
»¿Te suena su nombre? ¿Lo mencionó Katame en algún momento?
Dio una honda calada al cigarrillo y echó la ceniza en el cenicero.
—Katame no era nadie, Kaido. Nadie. Nadie más que un capullo, un violador y un narcisista. Un carroñero que sabía moverse bien entre depredadores. Ese era su verdadero punto fuerte —le explicó—. Aprendió todo de su padre, un antiguo shinobi de Amegakure. Un traidor —escupió la palabra como si le supiese a mierda—. Empezó haciendo trapicheos en Shinogi-To. Pequeños robos. Estafas de poca monta. Palizas por encargo. Hasta que se juntó con Uchiha Zaide. —Kaido notó que el tono de su voz vibró al mencionar su nombre, pero no supo distinguir por qué emoción.
»¿Te suena su nombre? ¿Lo mencionó Katame en algún momento?