10/09/2015, 11:00
Karamaru era una persona que demostraba fervientemente que una derrota, o una victoria incompleta, no eran una opción. Aseguró su disconformidad ante mi último comentario, hablándome sobre la sabiduría del que supuse fue antaño su maestro. -A eso me quería referir con lo de caer Karamaru-san. Hay que ver el lado bueno de todas las cosas, aprender del fracaso es clave para llegar a lo más alto, pues te aseguro, que aquellos que no tropiezan, no llegarán a materializar jamás sus propósitos.
No se porqué, pero Karamaru se vino un poco abajo recordando a su maestro, asegurándome que le recordaba a él, enarqué una ceja, hasta que dijo que siempre le hacía aprender algo con mis respuestas. -Oh! Karamaru-san, gracias por el cumplido. Ya pensaba que me estabas llamando viejo, o algo así haha. Dije sonriente para romper un poco el hielo.
Seguía leyendo, pero superficialmente, solo hasta comprobar que aquellos párrafos volvían a ser nítidos ante mis ojos. -Ahh! Karamaru-san Suspiré, -Como me gustaría que pudieras leer este libro. Pero no te lo puedo recomendar, creo que éste ejemplar que llevo, es la única copia que queda con vida de este autor...Dije convencido de no estar equivocado.
Después ante mi pregunta, Karamaru respondió que también estaba listo para el descenso. -Muy bien entonces. Exclamé cerrando el libro de un golpe seco y guardándolo adecuadamente. -La bajada será mucho más rápida, ya verás.
Y así fue, a cada pocos metros el ambiente se notaba más agradable por el aumento paulatino de oxigeno, por lo que en vez de cansancio, conforme descendíamos, notábamos como recobrábamos las fuerzas. Pero algo hizo que llamara nuestra atención, de repente, un persona solitaria venía en dirección opuesta a nosotros, ataviado con una túnica marrón oscura, y con el rostro encapuchado, se acercaba poco a poco. Hasta que pudimos discernir cuando nos acercamos lo suficiente a él, que se trataba de un adulto daba su complexión, un adulto fuerte y corpulento.
-¡Mira Karamaru-san! Alguien está subiendo las escaleras al cielo. En cuestión de poco tiempo, estaríamos enfrente de aquella misteriosa silueta, que a saber con que propósito había decidido emprender aquel tortuoso ascenso.
No se porqué, pero Karamaru se vino un poco abajo recordando a su maestro, asegurándome que le recordaba a él, enarqué una ceja, hasta que dijo que siempre le hacía aprender algo con mis respuestas. -Oh! Karamaru-san, gracias por el cumplido. Ya pensaba que me estabas llamando viejo, o algo así haha. Dije sonriente para romper un poco el hielo.
Seguía leyendo, pero superficialmente, solo hasta comprobar que aquellos párrafos volvían a ser nítidos ante mis ojos. -Ahh! Karamaru-san Suspiré, -Como me gustaría que pudieras leer este libro. Pero no te lo puedo recomendar, creo que éste ejemplar que llevo, es la única copia que queda con vida de este autor...Dije convencido de no estar equivocado.
Después ante mi pregunta, Karamaru respondió que también estaba listo para el descenso. -Muy bien entonces. Exclamé cerrando el libro de un golpe seco y guardándolo adecuadamente. -La bajada será mucho más rápida, ya verás.
Y así fue, a cada pocos metros el ambiente se notaba más agradable por el aumento paulatino de oxigeno, por lo que en vez de cansancio, conforme descendíamos, notábamos como recobrábamos las fuerzas. Pero algo hizo que llamara nuestra atención, de repente, un persona solitaria venía en dirección opuesta a nosotros, ataviado con una túnica marrón oscura, y con el rostro encapuchado, se acercaba poco a poco. Hasta que pudimos discernir cuando nos acercamos lo suficiente a él, que se trataba de un adulto daba su complexión, un adulto fuerte y corpulento.
-¡Mira Karamaru-san! Alguien está subiendo las escaleras al cielo. En cuestión de poco tiempo, estaríamos enfrente de aquella misteriosa silueta, que a saber con que propósito había decidido emprender aquel tortuoso ascenso.