15/07/2018, 19:59
La jounin tenía mucha razón.
Pero era muy difícil no asumir cosas cuando todo resultaba ser un mar incierto de posibilidades. Más para él, un simple genin, que se encontraba en el ojo de un huracán mucho más grande, peligroso y destructivo de los que había tenido que lidiar alguna vez. ¿Y Katame? sólo una cuarta parte de esa organización. Una pequeña partícula de viento en un remolino devastador llamado Dragón Rojo. Cuatro, Hayai, Muñeca. Ryū. Unos pocos nombres que daban vida a los otros integrantes.
El tiburón chasqueó la lengua.
—Tienes razón. Esta mierda me supera —se acomodó en su sofá y cruzó los brazos—. pero bueno, aparezca o no mi nombre en ese mural, Umikiba Kaido es ahora un objetivo de Dragón Rojo. Será cuestión de tiempo cuando vean que el chiquillo azul no aparece por sus territorios para que suceda. Así que te pregunto una vez más, Hageshi-san. ¿Qué haremos?
No se iba a borrar. No esta vez.
Pero era muy difícil no asumir cosas cuando todo resultaba ser un mar incierto de posibilidades. Más para él, un simple genin, que se encontraba en el ojo de un huracán mucho más grande, peligroso y destructivo de los que había tenido que lidiar alguna vez. ¿Y Katame? sólo una cuarta parte de esa organización. Una pequeña partícula de viento en un remolino devastador llamado Dragón Rojo. Cuatro, Hayai, Muñeca. Ryū. Unos pocos nombres que daban vida a los otros integrantes.
El tiburón chasqueó la lengua.
—Tienes razón. Esta mierda me supera —se acomodó en su sofá y cruzó los brazos—. pero bueno, aparezca o no mi nombre en ese mural, Umikiba Kaido es ahora un objetivo de Dragón Rojo. Será cuestión de tiempo cuando vean que el chiquillo azul no aparece por sus territorios para que suceda. Así que te pregunto una vez más, Hageshi-san. ¿Qué haremos?
No se iba a borrar. No esta vez.