15/07/2018, 20:37
Dos semanas después...
Estaba harto. ¡Harto! Harto de que le tomasen como el chico de los recados. ¡Al menos que le pagasen por ello, oye! Siempre de sitio en sitio haciendo favores. Transmitiendo mensajes. ¡Hasta los huevos!
—¡Ey, perdona, sé que andarás ocupado, pero… ¿Podrías, ya que estás, entregarle este mensaje a Kochiri? —siempre decían.
¡Pues sí, estaba ocupado! ¡Y no, Kochiri no le pillaba de paso, precisamente! Pero, ¿qué iba a decir? Era un superior, al fin y al cabo. En aquella ocasión, el destinatario era Umikiba Kaido. Recordaba haberle entregado un mensaje un par de semanas atrás, así que no tuvo problema en encontrar su vivienda. Azuma Jiro era un profesional, después de todo, y nunca olvidaba una dirección.
Así que allí fue, tocando con los nudillos la puerta. Tres veces.