18/07/2018, 15:54
(Última modificación: 18/07/2018, 15:55 por Uzumaki Eri.)
Eri vio como su examinador asentía y daba por comenzaba la primera ilusión tranquilamente, posando su mano en el hombro tras una cadena de sellos. Pronto se vio corriendo rápidamente por un camino con el sol sobre sus cabezas todavía, se miró rápidamente a sí misma, comprobando que tenía un chaleco y una placa que antes no poseía y que la nombraban como chuunin. Tras ella sonaban los mismos golpes en el camino que provocaban sus pies, pero no solo de otra persona, si no de tres shinobi más, parecían ser genin: dos chicos y una chica.
Parpadeó varias veces, sintiendo algo extraño llegar a su cabeza como si lo hubiera vivido de verdad: un exiliado era la razón por la que iban tan deprisa, se había marchado hacía un par de meses y se lo habían encontrado por casualidad, y tras al parecer un encuentro, se había ido con algunas heridas, por eso estaban persiguiédole, intentando llegar a él y capturarle, o eso imaginaba.
Por si fuera poco, uno de sus tres subordinados —o eso había entendido de esos tres genin—, era un traidor, al parecer estaba pasándole información al exiliado, pero no tenía tiempo que perder, así que suponía que ese tema se podría tratar más adelante.
Llegaron a una bifurcación donde vieron que había huellas de la persona a la que buscaban, el problema era simple: dos caminos, un exiliado. Los tres genin la miraron, esperando por una respuesta.
Ella se giró a mirarlos, tenía que pensar rápido, no tenía tiempo que perder, así que realizó un solo sello y a ambos lados aparecieron dos clones exactos de ella.
—Vosotros tres iréis con los clones por la izquierda, yo iré por la derecha —informó, señalando rápidamente por dónde iban a ir cada grupo —. Si dáis con el exiliado, uno de mis clones volverá a mí para informarme e iré directamente hacia allí —explicó —. Tened mucho cuidado e id con los ojos bien abiertos, no dejéis que se escape pero tampoco seáis temerarios. Nos vemos más tarde.
Lo que los genin no sabrían era que había mandado a dos no solo para deshacer uno e informar directamente a la Eri real, si no para proteger y vigilar a los tres genin que había mandado solos con sus clones. Eran su responsabilidad al fin y al cabo, y aunque uno de ellos fuera quien le estuviera pasando información a la persona que estaban persiguiendo, tenía que ser cautelosa.
Tras una mirada más, asintió y partió hacia su camino, dejando a los dos clones con el trío de genins.
Parpadeó varias veces, sintiendo algo extraño llegar a su cabeza como si lo hubiera vivido de verdad: un exiliado era la razón por la que iban tan deprisa, se había marchado hacía un par de meses y se lo habían encontrado por casualidad, y tras al parecer un encuentro, se había ido con algunas heridas, por eso estaban persiguiédole, intentando llegar a él y capturarle, o eso imaginaba.
Por si fuera poco, uno de sus tres subordinados —o eso había entendido de esos tres genin—, era un traidor, al parecer estaba pasándole información al exiliado, pero no tenía tiempo que perder, así que suponía que ese tema se podría tratar más adelante.
Llegaron a una bifurcación donde vieron que había huellas de la persona a la que buscaban, el problema era simple: dos caminos, un exiliado. Los tres genin la miraron, esperando por una respuesta.
Ella se giró a mirarlos, tenía que pensar rápido, no tenía tiempo que perder, así que realizó un solo sello y a ambos lados aparecieron dos clones exactos de ella.
—Vosotros tres iréis con los clones por la izquierda, yo iré por la derecha —informó, señalando rápidamente por dónde iban a ir cada grupo —. Si dáis con el exiliado, uno de mis clones volverá a mí para informarme e iré directamente hacia allí —explicó —. Tened mucho cuidado e id con los ojos bien abiertos, no dejéis que se escape pero tampoco seáis temerarios. Nos vemos más tarde.
Lo que los genin no sabrían era que había mandado a dos no solo para deshacer uno e informar directamente a la Eri real, si no para proteger y vigilar a los tres genin que había mandado solos con sus clones. Eran su responsabilidad al fin y al cabo, y aunque uno de ellos fuera quien le estuviera pasando información a la persona que estaban persiguiendo, tenía que ser cautelosa.
Tras una mirada más, asintió y partió hacia su camino, dejando a los dos clones con el trío de genins.